Felipe Calderón se va sin cumplir sus promesas. Deja un México con más pobres, más inseguro y sin empleos suficientes debido a un limitado crecimiento económico. Se perdió el liderazgo en América Latina y con Estados Unidos el único tema es el narco, olvidando la migración. Al final fue un cómplice del rezago educativo y social. Se le acabó el tiempo
POR FÉLIX ARREDONDO – Jueves 29 de noviembre de 2012
Pasado mañana Felipe Calderón saldrá del Congreso de la Unión de la misma manera en la que entró:
Por la puerta de atrás, en una aparición fugaz, y sin la gloria que suele venir con la victoria.
Pasado mañana Felipe Calderón saldrá del Congreso derrotado.
Porque dejó pasar la oportunidad que tuvo, a lo largo de seis años, de haberse legitimado a través del ejercicio de un buen gobierno.
Porque creyó que a través de la guerra habría paz. Y que con el uso de la fuerza, habría seguridad.
Porque nunca quiso entender, o no le explicaron bien, que la verdadera paz es fruto de la justicia. Y que la seguridad es una consecuencia lógica de la paz.
Pasado mañana Calderón saldrá del poder, derrotado.
Por su responsabilidad en los miles de desaparecidos y muertos durante su sexenio.
Por los que tuvieron que dejar su hogar huyendo de la inseguridad.
Por los inocentes que fueron asesinados y clasificados como daños colaterales.
Por los niños quemados de Hermosillo.
Por los que murieron en el casino Royale de Monterrey.
Por los estudiantes injustamente sacrificados en el Tec de Monterrey y en la Universidad de Ciudad Juárez.
Por los millones de migrantes olvidados. Por los sacrificados de San Fernando.
Por el bajo crecimiento económico. Por los millones y millones que no pudieron estudiar, ni tener una oportunidad de trabajo.
Por los 12 o 15 millones de mexicanos que se volvieron pobres y hambrientos a lo largo de su sexenio.
Por el incremento de impuestos sin evidencia de un manejo honesto de los recursos públicos.
Por el incremento del gasto corriente. Por los 2.2 billones de pesos que aumentó la deuda.
Por el imperio de la corrupción. Por la falta de transparencia del gobierno. Por el fortalecimiento de la impunidad. Por haber violado sistemáticamente los derechos humanos.
Por haber consentido la perversión de la procuración de la justicia. Por el michoacanazo. Por el encarcelamiento injusto del general Tomas Ángeles y algunos otros generales. Por el encarcelamiento injusto también de Javier Herrera Valles, que salió absuelto por los tribunales.
Por no haber castigado la simulaciones de Genaro García Luna. Ni las de Facundo Rosas. Como tampoco las de Luis Cárdenas Palomino.
Por la adjudicación directa de Plataforma México. Por la simulación de los controles de confianza.
Por haber dilapidado más de 184 mil millones de pesos en la Secretaría de Seguridad Pública.
Por lo que su “policía modelo” cometió en contra de dos agentes de la CIA y un capitán de la marina, en Tres Marías.
Por haber consentido la operación de “Rápido y Furioso”.
Por no haber querido ser presidente, y haber aceptado ser un simple gerente de los poderes fácticos.
Por no haber terminado con los monopolios.
Por haber perdido y hecho perder a su partido.
Por haber perdido liderazgo de México dentro de la comunidad de países latinoamericanos.
Por su complicidad con la maestra Elba Esther Gordillo. Por la falta de una profunda reforma al sistema educativo.
Por no haber tenido la humildad para reconocer que se equivocó y no haber tenido la valentía de pedir perdón.
Aunque ya no hay nada que hacer para borrar el pasado. En los últimos días de su gobierno Felipe Calderón parece estar desesperado.
Le quiso cambiar el nombre a los Estados Unidos Mexicanos. Mandó una iniciativa para una reforma electoral. Y ayer solicitó que desparezca la figura del ejido mexicano.
Probablemente ya se dio cuenta que el tiempo se le acabó. Que los tiempos del calderonismo, se terminaron.
Estos son algunos hechos y cifras del gobierno que se despide, sin gloria, pasado mañana.
El presidente de la policía nula
Cuando Felipe Calderón andaba en campaña escribió que al final de su sexenio le gustaría informar que había logrado depurar el Ministerio Público y los cuerpos de policías federales.
Sin embargo, a pesar de que nunca antes se había destinado tanto dinero a la Secretaría de Seguridad Pública y a la Policía Federal, los índices de criminalidad en lugar de bajar, aumentaron. Y no hay noticias de una depuración policiaca.
Mientras que en el sexenio de Vicente Fox el gasto en la Secretaría de Seguridad Pública ascendió a 39 mil 855 millones de pesos, en el de Calderón llegó a 184 mil 102.
El reciente incidente de Tres Marías, en el que elementos de la Policía Federal son acusados de matar a dos agentes de la CIA y un capitán de la Marina, puso en evidencia el fracaso de del área de seguridad en su pretensión de crear un cuerpo de policía profesional y confiable.
Más dinero, menos crecimiento
A pesar de haber contado con más recursos que todos sus antecesores, Calderón tuvo el peor crecimiento económico en los últimos 25 años, en los que gobernaron José López Portillo, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Vicente Fox.
La justificación de que la economía no creció por la crisis económica mundial resulta improcedente ya que además, en el 2009 México ocupó el último lugar en crecimiento económico en el continente americano.
México creció menos que Haití.
Aumentó la deuda el doble que las reservas
Del 2006 al 2012 las reservas llegaron a 94 mil 709 millones de dólares, pero la deuda pública total aumentó el doble, en dólares.
En seis años la deuda creció al equivalente a 176 mil 826 millones de dólares. (5.5 billones de pesos a 13 pesos por dólar).
Fue como pedir prestado para guardar la mitad del dinero