Por: Alfredo González
Decenas de pobladores de la comunidad de Acuitlapilco, municipio de Tlaxcala, se manifestaron en el Centro Histórico y cerraron parcialmente la avenida Independencia, esto a la altura de la plaza Xicoténcatl, para demandar la liberación de cuatro presuntos jóvenes vándalos que son acusados de hurtar dos radios de comunicación de policías municipales capitalinos.
La manifestación se llevó a cabo frente a esta plaza, donde participaron algunos centenares de personas quienes se concentraron para denunciar arbitrariedades en su aprehensión, además, aseguraron que la policía municipal extorsiona a los ciudadanos con “mordidas” que son de diferentes montos.
Los inconformes portaron mantas y pancartas mediante las cuales exigieron el cese de los supuestos abusos policiales.
La detención de los jóvenes tuvo lugar la semana pasada en una conocida tienda de conveniencia ubicada en el Libramiento Politécnico Nacional de la ciudad capital, cuando supuestamente estaban consumiendo bebidas alcohólicas y aprovecharon que nadie estaba en una patrulla para sustraer los dispositivos móviles.
En su manifestación, los ciudadanos de Acuitlapilco dijeron que hubo abuso de autoridad y deslindaron de su responsabilidad a algunos de los muchachos detenidos, quienes ya se encuentran consignados ante la autoridad competente para que ésta determine su situación.
Afirmaron que los detenidos fueron brutalmente golpeados y han sido consignados “por delitos que no cometieron” por lo que exigieron la liberación de las cuatro personas detenidas que responden a los nombres de Miguel Ángel Carrillo Carrillo, Ismael Velázquez, Rogelio Cote Velázquez y José Luis Carrillo.
Por su parte, Julia Hernández Díaz, ex esposa del oficial que detuvo a las cuatro personas, explicó que éste se ha caracterizado por actuar de manera arbitraria y corrupta.
“Él siempre se ha manejado así, fue policía estatal y ahora es policía municipal, yo no sé porque lo habrán aceptado si no reúne los requisitos necesarios para ser policía, lo conozco porque viví con él aproximadamente ocho años y sé cómo es”.