Pedro Morales
Nuestros abuelos sabios tenían un lenguaje especial para cada ocasión, palabras llenas de verdad que encuadraban momentos especiales en la vida, pero que eran el reflejo de la realidad y a veces lapidarias.
Al llegar al ocaso de este gobierno, ellos dirían “no hay sexenio que dure cien años, ni pueblo que lo aguante”, este gobierno del hacendado Mariano González Zarur ya se acabó, lo que se hizo, se hizo y lo que no, pues no.
Al fin se va “El Lobo Estepario”, “El Último de los Mohicanos”, como se hacía llamar, lo bueno es que dice estar preparado para ser y dejar de ser y así será.
Fácil es criticar sistemáticamente, sin tomar en cuenta el esfuerzo de mucha gente que cada día sirvió al patrón, al señor amo, ahora incrustado en la clase política, pero creedor que es dueño de vidas y destinos.
Pero también sistemáticamente se cometieron abusos, con su famosa “Patente de Corzo” hubo despojos de tierra, abusos de poder, muestras de intolerancia, de prepotencia y de humillación para los que no tienen relaciones o están bien parados.
La verdad es que en campañas llegan, prometen y se van, pero cuando están en el poder se creen dioses del Matlalcueyetl, al pueblo lo tratan con la punta del pie y eso lo han constatado miles de tlaxcaltecas.
Quieren el aplauso, el reconocimiento, las medallas por sus aciertos, pero solo la prensa a veces, muy pocas veces, les marca sus errores y sus tranzas, la verdad es que si trabajan y lo hacen bien, pues para eso los pusimos, para ser nuestros servidores. Y ellos se pagan y muy bien. Faltaba más, pero no sobraba menos.
Pero hasta ahora ellos se han servido del pueblo, le han robado su tranquilidad al tener policías mal pagados, sin seguro y orillándolos a robarle al pueblo, Tlaxcala queda inmersa en la inseguridad que se deriva de la corrupción.
Porque de que fueron, han sido y serán corruptos, lo son.
Mariano González Zarur se va y lleva a cuestas muchos agradecimientos forzados, tal vez comprados, pero al pueblo le deja un amargo sabor de boca, como lo han hecho todos y cada uno de los alumnos de Sánchez Piedras.
Es ni más ni menos que la clase política que a los tlaxcaltecas les impusieron con su propio voto, fue y ha sido una herencia maldita que no le ha permitido salir a este estado de la pobreza ancestral.
Esta clase política que nos hizo creer que entregaban la vida para servir al pueblo, la realidad está en la historia, nuestro pueblo está más pobre y ellos, más ricos, con mansiones, aviones y tierras que el pobre nunca tendrá.
Ellos le llaman alternancia, pero son la misma pandilla de ladrones, de apellidos Hernández, Paredes, Alvarez Lima o Sánchez Anaya, son ramitas del mismo árbol y uno que otro retoño.
Esta clase política que nos ha tratado como peones, es la misma que en cada elección despliega a sus operadores para obtener el voto, por las buenas o por las malas, torciendo voluntades o comprándolas.
Ya nos enteramos de cómo es que ganan las elecciones, con su maquinaria que es capaz de alterar los resultados con diputados a modo y leyes que le acomoden, el caso el seguir la tradición, esa herencia maldita.
Son los mismos que le quitan sus tierras a los pobres campesinos, los que les roban su fertilizante, los que cada año les quitan su dinero, el pretexto son los programas sociales.
Pero también las etiquetas a los presupuestos que como en esta ocasión solo beneficiaron a unos cuantos, a quienes aplauden, alagan y rinden pleitesía y como pago reciben su lonche, una torta y un refresco.
Tlaxcala ya no merece ser laboratorio de experimentos políticos, merece un gobierno que vea por el más pobre, por el más necesitado y no solo que beneficie a una camarilla de ladrones de cuello blanco como los que se van.
Dentro de los que se van destacan los que manejaron a los medios de comunicación oficial, quienes hicieron su trabajo a costa de cientos de millones, para engañar al pueblo y ocultar la realidad.
Hay tiempo para las auditorías, para saber a quienes colmaron de alcohol, comidas y viajes, a sus incondicionales que cada día les dieron la de ocho, a los digitales que inventaron para desviar recursos.
A esos que simulan ser periodistas, pero que no saben siquiera redactar una nota, por su ignorancia y falta de preparación, pero que le sirvieron de espías a este gobierno, el nido de serpientes esta en Coracyt y la Cgirp, donde urge una limpia total.
Ellos con sus cerebros llenos de telarañas distanciaron las relaciones prensa-gobierno, de ahí salieron las estrategias para fregar a los periodistas incómodos a quines castigaron, pero al mismo tiempo les hicieron un favor.
Todo tiene que salir a la luz pública, lo mismo que las complicidades y las simulaciones, nada es para siempre y está en manos de los comunicadores limpiar su nombre que ha sido ensuciado por esos periodistas corruptos.
El político vive del aplauso, pero con una mano agradece y con la otra llena la cartera, cada día, cada quincena, cada mes, durante el tiempo que dure su gestión que era de seis o tres años.
No hay mal que dure cien años, esta clase política tiene que desaparecer para dar paso a otras formas de gobierno, no sabemos lo que viene, pero si el camino que estamos tomando.
Las luchas sociales como la Revolución fueron para sacudirse el yugo del extranjero, pero ahora resulta que somos extranjeros en nuestra propia tierra, no hay rendición de cuentas.
Este gobierno dice que fue transparente, pero la realidad no se puede ocultar, ellos viajan a Europa en avión, nuestra gente en transporte colectivo, ellos comen en grandes y famosos restaurantes, el pueblo en la fonda del mercado.
La clase política da pena cuando el periodista constata que en campaña besan y saludan a la gente y al subir a sus camionetas se desinfectan con algodón y alcohol como si nuestras mujeres y los hombres del campo los fueran a contagiar de la lepra del trabajo.
En fin que vienen nuevos retos, pero sin duda a partir de que se vaya este gobierno emanado del PRI, nos deja su olor a zorrillo, una peste que va a durar no sabemos cuanto tiempo, pueden ser años.
Muestra de su ineficiencia es esta lista que será el amargo despertar para las familias, será como para no recordar, para ubicar nuestra realidad y convencernos de que es urgente un cambio.
El gobierno del PRI, sube las gasolinas para quedar como siguen:
La Magna tendrá un incremento de 14.2 por ciento para quedar en un precio de 15 pesos con 99 centavos.
La Premium costará aún más, el incremento será de 20.1 por ciento, para quedar en 17 pesos con 79 centavos.
El Diésel, tendrá un aumento de 16.5 por ciento, y se ubicará en los 17 pesos con cinco centavos.
La Comisión Reguladora de Energía, fijó para el caso de Tlaxcala los precios máximos para las distintas regiones del estado serán los siguientes:
Región Calpulalpan: Magna 15.79; Premium 17.56; Diésel 16.89.
Región El Carmen Tequexquitla: Magna 15.71; Premium 17.48; Diésel 16.78.
Para las regiones de Xaloztoc, Atlangatepec, Huamantla, Cuapiaxtla, Tetla, Ixtacuixtla, Apizaco, Totolac, Yauhquemehcan, Tepetitla, Santa Cruz Tlaxcala, Chiautempan, Natívitas, Tetlatlahuca, Hueyotlipan, Tlaxcala, Tepeyanco, Cuamanala, Zacatelco, Papalotla, San Pablo del Monte, Tenancingo y Xicohtzinco, los precios serán: Magna 15.78; Premium 17.55; Diésel 16.85.
Regiones de Muñoz de Domingo Arenas, Sanctorum de Lázaro Cárdenas y Apetatitlán, los precios de combustibles serán: Magna 16.40; Premium 18.17; Diésel 17.49.
Esto significa una carestía de la vida como nunca la hemos vivido, todo se va a disparar, la luz, el gas, las tortillas, la carne, el huevo, los frijoles, el transporte, la canasta básica, los sueldos bajos, el destino y el horizonte es sombrío.
Ya se va Mariano González Zarur, esta es su herencia maldita, que bueno que ya se va y lástima que no podamos decir que hay un cambio verdadero, solo que nos equivocamos y no se vale decir que… NOS CHAMAQUEARON.