Pedro Morales
Tlaxcala, Tlax; a 28 de enero de 2017.- Alrededor de ciento cincuenta unidades de transporte suburbano de las líneas “Expresso Xicohténcatl” y de la empresa Apizaco Huamantla Tlaxcala (ATAH), circulan con placas ilegibles y sobrepuestas.
Usuarios del servicio, en la bases que aguardaban turno para abordar, recordaron que desde su creación, estas unidades operan de manera irregular, luego de que la ex gobernadora Beatriz Paredes otorgó un centenar de placas a permisionarios de Xaltocan, para brindar el servicio de Apizaco a Tlaxcala.
A la fecha ni la Secretaría de Comunicaciones y Transportes federal, ni la estatal han logrado regularizar las unidades, en su mayoría circulan con placas sobrepuestas y despintadas.
Incluso algunas unidades circulan con una placa, lo que indica que con un juego de placas circulan hasta dos unidades, otras no tienen placas, mucho menos cuentan con seguro del viajero.
Esta situación pone en desventaja a los usuarios, porque en caso de algún accidente o para alguna reclamación, no puede identificar las placas de la unidad, solamente por el número económico.
El problema de las placas se complica, porque ninguna camioneta tiene sus placas actualizadas y mucho menos coinciden las características de la unidad con la que se emplacé originalmente.
La ruta inicial era de Apizaco, Huamantla a Tlaxcala, que originalmente era cubierta por los Pullman, que inició con autobuses y una terminal en la capital del estado, ahora solo brindan el servicio de Apizaco a Tlaxcala.
Operadores de las unidades explicaron que no se puede hacer el canje de las placas, porque en realidad se trata de una ruta no reconocida oficialmente, esa es la razón por la que las placas ya se borraron.
Incluso se trata de un servicio tolerado, porque la demanda de los usuarios es mucha, sin embargo el costo de veinte pesos es uno de los más caros del país, y el operador es quien solventa los gastos.
Estos van desde el pago de estacionamiento, el sueldo de los checadores y hasta tienen que colaborar con cinco pesos por unidad, para los oficiales de vialidad, pero la realidad es que este servicio es irregular y debe ser revisado.
Lo grave es que ninguna aseguradora quiere otorgar el seguro del viajero, por lo que quienes utilizan este servicio ponen en riesgo su integridad y por otro lado no hay quien los pare ni la policía federal, ni la estatal y menos los policías de vialidad de los municipios, pese a que circulan sin placas o ilegibles.