3 de mayo de 2017/redacción
En Tlaxcala, los trabajadores de la construcción elaboran este 3 de mayo una cruz con materiales de la obra, la adornan con flores, papeles y listones de colores, la colocan en la parte alta de la construcción, para festejar su fiesta patronal, el “Día de la Santa Cruz”.
Al igual que en el resto del país, en la entidad tlaxcalteca se mantiene viva la tradición con la celebración de una misa católica por la mañana y después con una comida en donde se lleva a cabo la obra en construcción.
La celebración consiste de ir temprano a misa y después, ya sea el dueño de la obra, el residente o el arquitecto les ofrecen a los trabajadores bebidas y comida.
En todas las obras siempre ha permanecido viva esta tradición y sigue vigente, ya que donde hay una obra se celebra, debido a que ese día se lo toman los albañiles.
Sin embargo y ante la carestía de la vida, algunos de los trabajadores de la cuchara y la plomada son olvidados por los patrones en el Día la Santa Cruz patrona de los hombres de la construcción.
Eusebio Santiago Santos maestro albañil que trabaja en lo que será un edificio, en Apizaco, comentó “poco hay que festejar, ya que pertenecemos a uno los grupos empleados que menos garantías laborales tienen”.
Lo que impide que sus condiciones de vida mejoren, siendo este un oficio de los más mal pagados que existen, por lo tanto se encuentran prácticamente marginados.
Hombre sabio en el arte del oficio de la edificación de casas y edificios cuajado de experiencias en estos menesteres entre andamios, vigas y bultos de cementos, afirmo que “este día se celebra a la patrona de los albañiles pero ahorita no hay nada que festejar la carestía y la pulverización de los salarios hacen que en esta ocasión sea sencilla la fiesta”.
En muchos otros grupos de trabajadores de la cuchara el día paso desapercibido.
Con la camisa de mangas largas, con la cara tostada por el sol, donde “El Chevo”, como lo llaman sus compañeros, aseguro que actualmente el salario a duras penas alcanza para sobrevivir, tomando en cuenta que muchos compañeros tan pronto cobran la semana se lo gastan ingiriendo bebidas embriagantes en salones y cantinas.
Con más de 60 años a cuesta, el maestro albañil indicó que, “ahora desde mi punto de vista, no hay nada que celebrar, los albañiles siguen igual que siempre, en todo caso en estas celebraciones deberían de ser los ingenieros, los propietarios de la construcción quienes deberían de invitar los tacos y los refrescos y una que otra cerveza a los trabajadores, pero eso ya casi no sucede”.
Para terminar el entrevistado expreso que la mayoría de los albañiles se dedican a este duro oficio porque no lograron estudiar más que los primeros grados de la primaria y luego por la pobreza de las familias decidieron ponerse a laborar de peón, chalanes hasta lograr el nombre de “maestro de la cuchara”.