10 de mayo de 2017/Sergio Espinoza
A poco más de un mes de haber sufrido una agresión por arma de fuego, a la que sobrevivió gracias al apoyo del presidente de comunidad de San José Buenavista, del municipio de Tlaxco, el migrante hondureño Pedro -N- el migrante hondureño está en espera de que se haga justicia.
El migrante narró lo ocurrido la noche del pasado 4 de Abril, cuando luego de salir de la Casa del Migrante «La Sagrada Familia» en Apizaco, para continuar su viaje al norte.
No alcanzo a subir al tren llamado “La Bestia”, por lo que optó por avanzar a pie por varias horas, hasta llegar al lugar de la agresión; donde al estar descansando tras caminar por varias horas, fue abordado por una patrulla de la estatal.
Al estar en compañía de otros cinco compañeros de viaje, les ofrecieron aguas, galletas y papas para recuperar energías, sin embargo, minutos después de haber abordado el tren, se percataron que una unidad doble cabina con características. de patrulla los seguía de cerca.
De esa unidad se bajaron tres sujetos encapuchados y vestidos de negro, quienes portando armas largas los obligaron a bajar del furgón, siendo este el momento en el que comenzaron las agresiones verbales y luego las físicas.
Uno de los supuestos policías, golpeó en la cabeza a uno de sus compañeros de viaje, y a continuación soltar mensajes cargados de odio e improperios:
«Bájense, porqué ahorita los voy a matar a todos», fue el anuncio de quien comenzó a realizar disparos en contra del grupo de indocumentados.
«Yo tuve miedo por mi vida, entonces lo primero que hice fue tirarme del tren, cuando escucho que alguien se pasa del otro lado y me dispara por la espalda…entonces yo caí al suelo», narró Pedro -N- con voz temblorosa y mirada serena dijo:
«Entonces yo me volví a parar y es cuando me pega en el brazo», y continúa platicando su testimonio de hecho, con el que asegura sus compañeros corrían despavoridos, haciendo caso omiso a los gritos de los agresores vestidos de negro que les ordenaban detenerse.
Asumiendo que los perpetradores del hecho violento que aclaró no eran los mismos que les dieron de comer, lo habían abandonado, el indocumentado logró ponerse de pie y reiniciar la caminata por caminos donde los automovilistas se pasaban de largo, hasta llegar a un lugar donde varias personas le alumbraron para intentar enterarse de lo que ocurría.
Pero esas personas se negaron a darle asistencia, ya que al ser trabajadores, no podían hacer mayor cosa; y fue en ese preciso momento cuando las fuerzas le abandonaron, no sin antes alcanzar a decir una frase en tono religioso, lo que habría provocado algo de misericordia en la gente que lo observaba herido y sangrante en la zona de la espalda.
Como si se tratará de un mal sueño, Pedro pudo enterarse de que a la par de los ladridos de los perros, las personas antes le negaban la ayuda, pedían a gritos llamar a una ambulancia,
Luego fue trasladado al centro de salud comunitario de Tlaxco, donde recibió atención médica gracias a la solicitud de presidente de comunidad, de quien dijo desconocer su nombre.
Luego fue trasladado al Hospital Regional de Tzompantepec, donde nuevamente se decidió que sería llevado a Puebla para ser intervenido quirúrgicamente del codo de su brazo izquierdo y de los dos impactos de bala en la espalda.
Lesiones de las cuales paulatinamente se recupera con el apoyo del personal de la Casa del Migrante, que le ha brindado apoyo médico y jurídico, así como de alimentación necesaria.
Refiere que con asesoría jurídica ha emprendido una acción legal por el atentado del que fue objeto hace un mes, y también en espera de que sea fructífera la queja que colocó ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).
Pedro, el hondureño sobreviviente aclaró que su viaje no es con intención de llegar a los Estados Unidos, si no que llegar a la ciudad de Monterrey, para trabajar y establecerse.
Concluye que necesita generar dinero para mandarlo a sus tres hermanos menores y a su señora madre, quienes ya están enterados de lo sucedido y piden al Ccreador por su integridad.