CDMX.- 19 de mayo de 2017
Sin importar que familiares, autoridades de las procuradurías de justicia de San Luis Potosí, así como de la capital del país conocen sus generales, Juan René Silva, quien fuera detenido el pasado 15 de mayo por agredir a un prelado en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, ayer en audiencia se negó a declarar ante un juez de control, por lo que pidió la duplicidad del término constitucional, pero se le consideró inimputable.
Tomando en cuenta la solicitud, el juez de control en el Reclusorio Preventivo Oriente, Alejandro Cruz Sevilla, giró instrucciones para que el indiciado fuera enviado al Centro Varonil de Readaptación Psicosocial (Cevarepsi), lugar en el que deberá permanecer durante el tiempo que dure su proceso, pero estará bajo la vigilancia de médicos especialistas en la materia.
De igual modo, Cruz Sevilla consideró que fue legal la detención de Silva, misma que se realizó la tarde-noche del pasado lunes 15, por lo que cabe detallar, que el Cevarepsi, localizado en la Delegación Xochimilco, es destinado para albergar a la población varonil inimputable como lugar para extinguir su medida de seguridad y como valoración y tratamiento de manera transitoria para pacientes psiquiátricos.
Esto se da, porque fue tomada en cuenta la valoración previa que se le hizo a Juan a las pocas horas de haber sido detenido, en donde un especialista resolvió que padece un trastorno mental, denominado trastorno psicótico, de origen a determinar, por lo que no se encuentra muy metido en la realidad de las acciones, lo que obliga a enviarlo a un sitio aislado y con las medidas de vigilancia adecuadas.
Al analizar el expediente, el juzgador aseguró que el indiciado es inimputable por el delito de tentativa de homicidio agravado. Es decir, en términos legales, la imputabilidad implica que una persona entiende que su accionar afecta los intereses de otros; por lo tanto, adapta su conducta a dicho entendimiento. Si el individuo carece de esa comprensión, resulta inimputable.
Y, por lo tanto, no es penalmente responsable del daño que causa, y deberá estar bajo vigilancia psiquiátrica el tiempo que dure su proceso, pero tanto el imputado como su defensor, escucharon al impartidor de justicia, y a recomendación del abogado, Juan René solicitó la duplicidad del término constitucional, determinándose entonces, que sea el próximo martes 22 del presente mes, cuando se lleve a cabo el seguimiento de la audiencia.
En esta, se deberá, por ley, determinar su situación legal en torno a lo ocurrido el pasado 15 del presente; a la vez, y sin importar que se haya determinado inimputable, el acusado aún tiene la capacidad jurídica de goce y ejercicio de sus derechos.
Está muy grave tras sufrir un infarto del miocardio; volvió a ser intubado
El vocero de la Arquidiócesis Primada de México, Hugo Valdemar Romero, anunció de última hora que el padre José Miguel Machorro sufrió un infarto del miocardio, por lo que fue necesario volverlo a intubar y permanece en terapia intensiva.
La situación del prelado es muy grave y en peligro de desenlace fatal, precisó. Por lo que invitó al pueblo de México elevar una oración por la salud del padre que fue apuñalado en la Catedral Metropolitana el pasado 15 de mayo, por Juan René Silva, verdadero nombre del presunto implicado de quien se dice padece un trastorno psicótico y es adicto al videojuego Assassin’s Creed.
José Miguel Machorro fue apuñalado en pleno altar mayor de la Catedral Metropolitana cuando éste oficiaba una misa.
Por la mañana su estado de salud era grave, según informó Hugo Valdemar Romero.
Precisó que, en el parte médico matutino, se detalla que el padre Machorro: “Lamentablemente su condición neurológica ha empeorado y desarrolló está mañana una bradicardia importante, lo cual es delicado, y esa situación preocupa a los doctores”, indicó.
El parte médico de este jueves, destaca que se está presentando mayor daño cerebral, “faltó y falta riego sanguíneo”.
Los médicos del hospital privado, ubicado en el poniente de la capital, explicaron que la taquicardia es un signo de alarma, porque es el cerebro el que controla el ritmo cardiaco. “Si el daño fue amplio, cuesta la vida”, advirtieron.
Machorro Alcalá, de 55 años, apuñalado el pasado lunes 15 de mayo, no había presentado complicaciones y su estado de salud en general seguía mejorando; sin embargo, ayer por la noche -según el parte médico- al recobrar el estado consciente se hizo aparente una parálisis de todo el lado derecho del cuerpo, como consecuencia de un daño en el hemisferio cerebral izquierdo (infarto cerebral), debido a la falta de irrigación por la hemorragia severa que sufrió.
Además, el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México detalló: “también ha presentado como cuadro asociado un sangrado del tubo digestivo por una lesión que ya se identificó de origen congénito”.
Valdemar afirmó que la mañana de ayer, se comunicó que “lamentablemente la condición neurológica ha empeorado”, luego de que el padre José Miguel Machorro presentara una “bradicardia importante”.