9 de agosto de 2017/redacción
Tablajeros que realizan fritangas en plena vía pública ponen en riesgo a la población, en el menor de los casos a graves quemaduras o en el peor escenario a una explosión.
Ante la impasividad de inspectores de Industria y Comercio del ayuntamiento o de la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios de Tlaxcala (Coepris).
Invariablemente en el exterior de las carnicerías, los propietarios colocan enormes cazos con manteca hirviendo que se riega en el piso y que se convierte en un grave riesgo, debido a que el piso se torna inestable y resbaloso,
Mujeres, niños y ancianos se encuentran en grave riesgo, en caso de sufrir alguna caída, los resultados poder ser de suma gravedad, por si fuera poco, esta situación se observa en las inmediaciones de los mercados municipales.
Pero también en las colonias y comunidades que integran al municipio, se ha convertido en una práctica peligros y además insalubre, porque las carnitas y el chicharrón son expuestos a la intemperie y sin precaución alguna.
Lo grave de esta situación, es que invariablemente a un costado de cada cazo, se mantiene el fuego con tanques de gas de 30 y 20 kilogramos, con instalaciones improvisadas que son auténticas bombas de tiempo.
Por si esto no bastara, es evidente que en la avenida Francisco I. Madero, frente al mercado “Guadalupe”, las instalaciones de gas salen del piso, lo que indica que están directamente conectados con tanques estacionarios de gran capacidad,
Los días de plaza circula demasiada entre por esos lugares que se encuentran en la acera, lo que aumenta el riesgo de un accidente, paralelamente con la temporada decembrina ya comenzó la venta de artificios pirotécnicos.
Ya se han registrado graves explosiones, porque nadie controla a los comerciantes para que adopten las medidas adecuadas para evitar una desgracia, razón por la que es urgente la intervención de las autoridades.
Tampoco hay un efectivo control de la disposición de la basura y montones de bolsas con desperdicios se acumulan en esquinas y camellones, lo mismo que el alumbrado público que funciona al 60 por ciento.