14 de agosto de 2017/Jorge Lezama
Con documentos probatorios en mano, el psicólogo colombiano Luis Gabriel Castrillón Ceballos, denunció ante medios de comunicación -en rueda de prensa-, explotación laboral e intelectual, además de fraude de que fue objeto, por parte de Alejandro Di Gracia Rao, director del Colegio Humanista de Tlaxcala.
Todo empezó el 9 de septiembre de 2016, cuando a través de una carta dirigida a los directivos del Colegio Humanista de México, S.C., ubicado en la Ciudad de Tlaxcala en los siguientes términos:
Apreciados:
Les escribimos esta carta con la intención de preguntar por la posibilidad de estudiar por medio de una beca, ya que el Colegio Humanista de México, cuenta con gran prestigio y reconocimiento a nivel internacional y queremos participar de su modelo pedagógico para fortalecer nuestros conocimientos terapéuticos.
Es de anotar que nuestra finalidad es apostarle al descubrimiento de acciones que beneficien la salud mental de nuestra región, ya que en nuestro contexto, no existe una conceptualización de la terapia Gestalt.
Además se espera conocer sobre si existe una forma de establecer canales o estrategias que nos permita mostrar sus adelantos como universidad a cambio de obtener un estudio que potencialice nuestro que hacer como profesionales.
Nuestros nombres son Luis Gabriel Castrillón Ceballos y Carlos Andrés Montoya Idárraga psicólogos profesionales de la Universidad Católica de Oriente, Rionegro, departamento de Antioquia, Colombia, residentes en el municipio del Carmen de Viboral del mismo departamento.
En el momento no poseemos un ingreso económico que permita el desplazamiento hacia su país, ya que desde el año pasado, nos encontramos desempleados por la terminación de nuestros contratos.
Esta misiva obedeció a una vista que hizo a la UCO de Colombia el ciudadano Dr. Alejandro Di Grazia Rao director del Colegio Humanista en Tlaxcala, destacó que este sujeto es Argentino Mexicano y que ya fue denunciado el y su Colegio ante la embajada de Colombia, Derechos Humanos, Profeco y USET.
El víacrucis del profesionista colombiano dio inicio al recibir respuesta a su petición que fue en sentido positivo ya que a los peticionarios se les ofrecieron becas económicas en Tlaxcala.
Ambos aplicaron sus ahorros para el viaje desde Colombia, luego de que Di Gracía prometió una beca al cien por ciento a cambio de cubrir cinco horas de clases semanales.
Además de llevar al Colegio Humanista a Colombia, para darlo a conocer. Incluso Di Gracía los animó para seguir con sus estudios becados, situación que los trajo a Tlaxcala el 27 de enero del año pasado.
Pero al llegar a Tlaxcala la situación fue diferente a lo prometido, ya que los pusieron a trabajar desde las siete y media de la mañana a las dos de la tarde, con checada de entrada y salida rigurosamente.
Al no ser cumplidas las promesas, ni lo concerniente a la beca de estudios, Andrés Montoya Idárraga decide regresar a Colombia.
Yo seguí trabajando con Dí Gracía, que me hacía realizar actividades muy diferentes al plan de estudios de la beca y por voluntad decidió acceder, pero por temor de perder la beca”, explica.
Me enviaba a instituciones educativas a la ciudad de Apizaco, lugar en donde yo nunca había estado, además de realizar otras actividades. Un día al decirle que yo estaba inconforme con esas actividades, la respuesta fue agresiva y me sacó de su despacho.
“Me dijo que yo ya sabía cuál era el camino”.
De esta forma me fui a migración, ahí me encontró la esposa de Di Gracía, de nombre Pilar, a quien le dijo que se regresaba para Colombia, porque había sido echado de la institución.
“Me tranquilizó, me pidió que me relajara y me dijo que me iba a ayudar y que me quedaría con la beca, pero al otro día me dice que me podía ayudar, pero que solamente con 20 por ciento de la beca”.
Pero que el doctor Di Gracía no se diera cuenta porque se iba a meter en un problema, el colombiano rechazó la propuesta y pidió un acuerdo para solucionar su problema.
Luego dijo que perdió el miedo, se asesoró y fue a la SEP, donde le dijeron que no estaba dado de alta y no reconocieron los papeles que decían que estaba becado al cien por ciento.
Pese a que comenzó a pagar su colegiatura para el pago de sus estudios, que a pesar de ello nunca fue dado de alta en la SEP, incluso fue nombrado Director de la Licenciatura en Sicología del plantel.
Sin capacitación y sin respetar el acuerdo que fue diametralmente diferente a la realidad y lo que pasa es que “me estaban explotando”, al dar más de lo que costaba la maestría.
Tras constatar que no estaba dado de alta en el reconocimiento con Valides Oficial (Revoe), por lo que denunció por escrito los hechos ante la SEP.
Con copia para Benito islas Rodríguez, director de Educación media Superior y ante Juan pablo Alvarado Cortés, jefe del Departamento de Asuntos Jurídicos y la queja también ha sido presentada ante la Comisión de Derechos Humanos de Tlaxcala.
También ante la delegación en Tlaxcala de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), ante quien hizo constar que había estado pagando sus estudios soporte de la beca.
Cabe destacar que la Maestría en Psicoterapia cuesta 66 mil 700 pesos, en cuatro inscripciones y las mensualidades, para hacerse acreedor a una beca del cien por ciento.
Pero todo cambió, no se cumplió el convenio incluso reportado a la Embajada de Colombia en México, sin embargo tras los problemas ocurrido, le han prohibido la entrada al colegio, sin deber dos o más colegiaturas.
“Ya no pude seguir el segundo semestre, se me pararon en la puerta, no me dejaron entrar y ahora hay intervención de la Profeco, pero la situación sigue igual o peor, porque ya hay amenazas de una deportación”.
Luis Gabriel Castrillón Ceballos advierte que hay incumplimiento, que no recibió pago alguno y menos los mil pesos mexicanos que le dijo le sería entregados cada mes, “a mí se me hizo mucho dinero”, porque no conocía el valor real del peso mexicano”, reconoce.
Por lo que reclama la beca que se le prometió, el daño que le han causado y sobre todo la imposibilidad de viajar de regreso a Colombia, ya que se gastó todos su ahorros en el pago de tres colegiaturas, más las clases de italiano, más los libros y todo lo que no le pagaron todos los meses de trabajo y que solamente fue explotado.