Familiares desesperados que buscaban a sus seres queridos desaparecidos en los incendios más letales de Grecia en décadas se dirigían a la morgue de Atenas, mientras rescatistas y voluntarios continuaban rastreando tierra y mar para dar con posibles nuevas víctimas de los fuegos que han causado 81 muertos.
Quienes llegaban a la morgue recibían información sobre los pasos a dar para identificar a desaparecidos y fallecidos, incluyendo la entrega de muestras de ADN y registros dentales.
El incendio del noreste de Atenas, en la zona de Rafina, una localidad costera de viviendas permanentes y vacacionales muy popular entre los atenienses y los turistas, se desató el lunes y se extendió rápidamente avivado por vientos huracanados.
Cientos de personas huyeron a las playas cercanas, y muchas se lanzaron a nadar para huir de las feroces llamas y el asfixiante humo. Docenas pasaron horas en el agua antes de ser rescatados por buques de la guardia costera, embarcaciones de pesca o transbordadores que pasaban por la zona. Varios de los muertos en la tragedia se ahogaron.
La zona más afectada fue la comunidad costera de Mati, donde se encontró a la mayoría de las víctimas, incluyendo a 26 personas que estaban refugiadas juntas, muchas de ellas abrazadas.
La mayoría de los cuerpos están muy calcinados por lo que la única forma de identificarlos es a través del ADN y de registros dentales.
Maria Saridou llegó a la morgue de la capital griega acompañada por su hijo para depositar una muestra de ADN. Buscaban a Eleni, la hermana de 55 años de Saridou, que había ido a nadar con un amigo.
«Encontramos su auto, no estaba quemado, ni tampoco la casa”, relató Saridou, de 60 años. «Simplemente no podemos encontrarla (…) creo que está viva. Nadie sabe a dónde fue”.
El amigo con el que estaba sobrevivió con quemaduras leves en los pies, apuntó Saridou, añadiendo que se habían separado en el caos del incendio.
«Solo queremos encontrarla», dijo el hijo de Saridou, Asot Kostoyan. «Solo encontrarla, nada más”.
El operativo para dar con posibles víctimas continuaba el jueves. Los equipos iban puerta por puerta en las zonas calcinadas, mientras que la guardia costera y buzos voluntarios rastreaban la costa de las zonas más afectadas por el incendio y una isla desierta próxima.