CDMX/23 /02/2019
Manuel Germán Ramírez Valdovinos va a cumplir el próximo 26 de mayo, 19 años en prisión, acusado y sentenciado por el homicidio de un hombre que sigue vivo, su caso es reflejo de un sistema de justicia que no investiga, que acusa inocentes, que fabrica pruebas.
Manuel fue detenido el 26 de mayo del año 2000, en el poblado de Tepexpan, municipio de Acolman, al oriente del Estado de México, por agentes ministeriales detuvieron con violencia, sin orden de aprehensión. Con golpes lo esposaron, lo subieron a la parte trasera de un automóvil, sin placas, con los vidrios polarizados, le taparon el rostro y comenzó el martirio de la tortura.
Acusado por el delito de homicidio sin pruebas ni testigos, Ramírez Valdovinos fue ingresado en una penitenciaría del Estado de México, donde comenzó un largo peregrinar de un penal a otro, de un juzgado a otro. El Juzgado Tercero de lo Penal, en Toluca, Arturo Velázquez Méndez, lo sentenció a más de 40 años de prisión.
Dentro de las irregularidades para acusar a Manuel se encuentra que el cadáver presentado, supuestamente de la víctima, era físicamente totalmente diferente a la supuesta víctima, color de piel diferente, tres centímetros menos de estatura, y sin señas particulares específicas que los propios familiares habían expuesto ante el Ministerio Público como lunares, cicatrices, entre otras.
“Se comprobó que la persona que supuestamente mató mi esposo sigue con vida. Lo acusan de algo que no tiene sentido”, denunció Itzel del Carmen, esposa de Manuel.
“Pido justicia y libertad de mi esposo quien lleva preso 19 años por un delito que jamás se cometió, un delito fabricado. Teniendo todas las pruebas de la tortura que se utilizó para que aceptara un delitos, aún así lo mantienen en prisión. Por eso demandó una exhaustiva atención a libertad de mi esposo, pido al gobierno federal intervenga para que se tomen las medidas precautorias para evitar más abusos de autoridad. Es una falacia que en México exista estado de derecho. 19 años…”, finalizó Itzel.