CDMX/ 9 /03/2019
Everett llevaba cuatro años viviendo con Nemo, su pez dorado, pero un día realmente quiso sentirlo cerca y lo sacó de su pecera para dormir con él.
Durante la madrugada sus padres entraron a la habitación para cerciorarse de que durmiera tranquilamente pero notaron que la tapa de la pecera estaba abierta y después de buscar desesperadamente a Nemo lo encontraron acurrucado en brazos del niño.
Tuvieron que despertar a Everett para explicarle que su mascota había muerto. «Él estaba molesto por matar a su pez, aunque todo lo que quería era acariciarlo. No se dio cuenta de que Nemo no podía vivir fuera del agua», contó su padre.
Sin embargo, la lección quedó aprendida y la familia de Georgia, Estados Unidos, compró un nuevo tanque con más peces no sin antes explicarle al menor de edad que ellos necesitan estar todo el tiempo en el agua.