17/agosto/2019/TLAXCALA/Pedro Morales/Misael Nava
La edición número 65 de la tradicional Huamantlada culminó con nueve lesionados de entre los miles de visitantes que desde primeras horas de la mañana comenzaron a llegar a las calles para poder apartar sus lugares en los burladeros y ser parte de las 17 calles, 17 escenarios con 17 toros en esta ocasión.
Los vendedores hicieron su agosto, paliacates, playeras, toritos de peluche, tazas, cuernos de fieltro, cojines, y bebidas…de todas.
Así transcurrieron las horas y con cada cuete crecía la expectativa y la emoción; los paramedicos se agrupaban, Protección Civilse coordinaba ante cualquier contingencia…¡todo listo!; a las once en punto sonó el tercero y salieron los toros.
Con maestría los jóvenes valientemente se arrojaron a torear a las bestias, lo que generó las ovaciones y gritos de los espectadores. «¡ooooooleeee, oooooleeee!», se escuchaba detrás de los burladero ybñ desde lo alto de las azoteas, y de las gradas, seguido de aplausos y silbidos.
Bajo el intenso calor, los nobles animales de cuando en cuando decidían ignorar a quienes los provocaban para tomar un poco de agua de algún charco cercano, para después continuar intentando embestir; un par de toreros improvisados volaron por los aires.
Así transcurrió una hora en medio de la emoción, la adrenalina y la fiesta, pasado el medio día comenzaron a lazar a los toros para guardarlos, fallando en repetidas ocasiones generando burla entre los espectadores.
Aunque en principio los toros se resistieron, reventando los lazos de sus caporales, y jaloneando sus cajones, casi una hora después lograron asegurarlos, entre la rechifla y desaprobación de los espectadores que pedían más tiempo, sin embargo las mentadas fueron en vano, los toros se fueron, y hasta el siguiente año.
Y es que este 2019, “La Huamantlada” cumple 65 años, esta capea callejera de toros de lidia en Tlaxcala fue inventada en el ahora Pueblo Mágico de Huamantla, el quince de agosto de 1954.
De cada edición, sólo queda el recuerdo, y quienes vivieron en carne propia las faenas de varias generaciones dan cuenta de lo sucedido.
De los orígenes de la Huamantlada , uno de sus fundadores, testigo viviente y parte de lo que es este festejo, narra lo vivido a lo largo de 65 años. Su nombre es José Hernández Castillo mejor conocido como “Cheche”, quien además es el cronista del Pueblo Mágico de Huamantla.
Recuerda que hace sesenta y cinco años, entre otros muchos huamantlecos, le tocó hacer algún trabajo para realizar La Huamantlada; “en mi caso, yo he sido siempre herrero y mecánico”, explica.
Era igual que el encierro de San Fermín y el primer encierro sale de la casa de Roberto Covarrubias, donde había un señor que se llamaba Andrés Loaiza, que era herrero.
Entonces, le rentaron la casa para descargar ahí a los toros y la familia de Andrés Loaiza se fue a vivir a otra casa que rentaron, para que viviera con su familia y dejara la casa aquella para improvisar los corrales.
Ahí se formaron cuatro corrales, cada corral tenía su puerta corrediza, con sus cerrojos y sus candados debidamente, porque no había la confianza por parte del gobernador de aquel tiempo, que era el señor Felipe Masarraza. No era fácil que otorgara el permiso para que se hiciera el encierro.
Entonces, Felipe Masarraza responsabilizó de alguna manera al doctor Alfonso Goya, que era el director del centro de salud y director del Hospital de Huamantla, y a Miguel Corona que era su cuñado, pero, además, era aficionado practico para torear; entonces, aunque ya la idea para hacer ese encierro ya lo había traído el ganadero de “Piedras Negras”, Raúl González, quien muy joven fue a Pamplona.
Allá vio el éxito que tenía el encierro en Pamplona, vino a Huamantla, le platicó a su cuñado, Manuel de Aro, del éxito en Pamplona, para que fuera mi compadre y yo también.
Manuel de Haro, o como también le decíamos cariñosamente “Manolo de Aro”, era el presidente de la feria. Les platicó del éxito que tenía en Pamplona el encierro de San Fermín y ellos lo pusieron a consideración de su grupo de aficionados y se hizo en Huamantla, en 1954, el 15 de agosto.
Claro que todo esto que comento, pues, hay periódicos y muchos libros que hablan de lo mismo, en el Museo Taurino de Huamantla, que se fundó en 1981.
Consideró que la Huamantlada, a pesar de sus 65 años, está más atractiva que nunca, la gente tiene ese gusto, se viene a divertir y eso es lo que cuenta.