A SIETE AÑOS AÚN SANGRA LA TRAGEDIA EN JESÚS TEPACTEPEC

Relatives and friends stand beside the coffins of victims of a fireworks accident on Friday, during a mass at the village of Nativitas in Tlaxcala state March 17, 2013. At least 13 people were killed and 154 others injured when a truck containing fireworks exploded in a freak accident in the central Mexican state of Tlaxcala, casting a pall over a Catholic procession in honor of a local patron saint.REUTERS/Imelda Medina (MEXICO - Tags: DISASTER OBITUARY)

Relatives and friends stand beside the coffins of victims of a fireworks accident on Friday, during a mass at the village of Nativitas in Tlaxcala state March 17, 2013. At least 13 people were killed and 154 others injured when a truck containing fireworks exploded in a freak accident in the central Mexican state of Tlaxcala, casting a pall over a Catholic procession in honor of a local patron saint.REUTERS/Imelda Medina (MEXICO – Tags: DISASTER OBITUARY)

TLAXCALA/16/03/2020/Pedro Morales/Fotos Jorge  Lezama

Parece que fue ayer, pero ya transcurrieron siete años de la espantosa tragedia ocurrida el 15 de marzo del 2013 en Jesús Tepactepec del municipio de Nativitas, cuando ocurrió la explosión en cadena de cohetes que cargaban feligreses en una peregrinación en la comunidad de Jesús Tepactepec.

Participaban con devoción hombres y mujeres de todas las edades acompañados de niños: finalmente resultaron  25 personas muertas y alrededor de 170 lesionadas, las heridas físicas y del alma para toda la vida.

LA TRAGEDIA

La tarde del 15 de marzo del 2013, alrededor de las 13:10 horas se registró una explosión en la calle Santa Anita, cercana al  atrio del templo de Jesús de Los Tres Caminos, perteneciente a la   comunidad de Jesús Tepactepec, municipio de Nativitas, esto cuando al menos 150 personas originarias del municipio de San Luis Teolocholco, se dirigían en peregrinación tal como lo realizan año con año para visitar a su santo patrón, cuya festividad se realiza el quinto viernes previo a la Semana Santa.

La peregrinación avanzaba con un aproximado de 70 gruesas de cohetes que eran llevados en las manos y otros más al interior de una camioneta de tres toneladas.

En aquella ocasión los sobrevivientes de la tragedia comentaron que uno de los cohetes rebotó en el cable de la energía eléctrica y cayó sobre la unidad que contenía el resto de los cohetes, provocado la  desgracia.

Uno de los testigos afirma que la explosión obligó a los peregrinos a que corrieran, intentando guarecerse, sin lograrlo.

En esa ocasión, en un recuento inicial,  se establecía que sobre la calle quedaron los cuerpos de11 personas muertas 7 hombres, 4 mujeres y un menor de edad, así como más de 70 lesionados graves que presentaban quemaduras y pérdida de miembros, por lo que fueron trasladados a distintos hospitales de Tlaxcala y Puebla.

Una vecina del lugar de nombre Guadalupe Cabrera Mejía a la distancia recuerda que  las secuelas de la explosión de cohetes en las calles de esta comunidad siguen latentes, “operaciones, padecimientos, ceguera, sordera, discapacidad no superan al dolor de quienes perdieron a un ser querido”.

El percance ocurrió durante una procesión de pobladores de Nativitas, que se dirigían a la feria del barrio de  Jesús Tepactepec, donde se lleva a cabo la fiesta anual.

Se presume que la explosión se suscitó cuando uno de los cohetones explotó a ras de suelo, y alcanzó un vehículo Sentra, color verde, en el cual transportaban cientos de estos artefactos explosivos, luego los estallidos alcanzaron los atados de cohetes que eran cargados por algunos de los peregrinos.

Devastada quedó parte de la avenida Santa Ana, en un tramo de 50 metros.

La onda expansiva tras la explosión hizo que los cristales de las casas cercanas, no sólo los que dan a la calle, también los interiores, se quebraran.

En la casa marcada con el número 20 de la avenida Santa Ana, de la comunidad de Jesús Tepactepec, perteneciente al municipio de Nativitas, la fuerza de los estallidos derribó un zaguán y rompieron los cristales, además de que restos de partes humanas volaron hasta la azotea.

“Estábamos haciendo tortillas, y escuchamos la explosión. Y corrimos para aquí dentro, gracias a Dios no nos pasó nada a nosotros. Todo tardó como dos o tres minutos. La explosión tiró el zaguán de mi casa. También cayeron partes de los cuerpos de las personas en el patío y la azotea”, comentó Guadalupe Cabrera Mejía, la propietaria del domicilio antes mencionado.

Incluso el ex gobernador Mariano González Zarur, declaró tres días de luto y ofreció el apoyo necesario de los deudos.

Sin embargo, familiares de lesionados por la explosión pirotécnica de San Jesús Tepactepec de Nativitas, se manifestaron a las afueras de Palacio de Gobierno para exigir a las autoridades restituir el apoyo financiero a las víctimas para su reintegración a la sociedad, pues sostienen que desde lo ocurrido únicamente han recibido atención médica.

Una de las víctimas de la explosión, Nemesio Cuando Mendoza, explicó que desde hace tres meses en que se suscitó la explosión de cohetes y donde fallecieron 23 personas y quedaron lesionados 154, los apoyos han sido insuficientes al señalar que la visita por parte de psicólogos ha sido suspendida además de que el recurso del Fondo de Victimas no les fue entregado.

“Apoyo médico lo hemos tenido”, pero hay mucha gente que necesita medicamentos, que no se pude valer por sí misma, que no tiene recursos para comprar medicamentos, para transportarse.

En un principio todo mundo quedó impactado de la situación, pero ya no nos visitan, en un principio sí, hubo gente que nos apoyaban.

Queremos que se tienten el corazón vean todo eso, si no lo pueden conseguir, ellos tiene el pase para hablar con el presidente de la República para que sepa todo esto que esa pasando.

Indicó que por parte del ayuntamiento, ha sido mínimo el apoyo que recibían, incluso, dijo que “la autoridad municipal ha obstaculizado la entrega de apoyos, al señalar que el gobierno del estado, destinó una partida económica a los damnificados y que por algunas circunstancias nunca llegó a sus manos”.

“Nuestro agente municipal lejos de ayudar está obstruyendo, hubo gente que formó grupos de ayuda para dar a saber al estado nuestra situación y ver esos fondos, pero el alcalde en lugar de ayudar les obstruyó el paso y no les dio el reconocimiento”.

Pedimos humanitariamente al gobierno un apoyo más, hay niños que se quedaron sin papás, otros somos el sustento de una familia, es difícil la situación por la que estamos pasando.

“Ya pasaron los meses y seguimos sin trabajo y nuestras familias están sufriendo otras consecuencias”.

A siete años de la explosión, sigue el sufrimiento de las familias, el dolor por las lesiones, las secuelas del accidente y lo que es peor, el abandono por quienes prometieron apoyo y ayuda que al final la promesa se la llevó el viento y el polvo de los años.

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