Tlaxcala es aduana mortal para migrantes centroamericanos
Pedro Morales
Cada día cientos de migrantes salen de sus países como Honduras, El Salvador, Guatemala, Colombia, Haití, Cuba y hasta Venezuela y se trepan al lomo del tren conocido como “La Bestia” para cruzar la frontera de México con los Estados Unidos y por las vías deben forzosamente cruzar por territorio tlaxcalteca.
La media anual en Apizaco era de cuatro mil 500 migrantes atendidos, aunque en el último trienio rebasaron las expectativas al cuantificar los siete mil, sin tomar en cuenta los que siguen su camino de largo a bordo del ferrocarril..
Cada hombre es una historia de vida, lo dejan todo, madre, padre, esposa, hijos y amigos. Unos son empujados por la necesidad, la carencia, pero en su mayoría huyen de la violencia, si se quedan en su terruño la delincuencia los asesina.
Al llegar a Apizaco cuentan que en sus países de origen son víctimas de las mafias, de los ejércitos y de una política de exterminio que señala con índice mortal a sus familias, por eso si desaparecen su familia se salva.
Casi siempre la misma historia se repite, deben cruzar la frontera sur de México, para abordar el ferrocarril, son modernas máquinas diesel que a todas horas transitan por las venas de acero que mueven gran parte de la riqueza de nuestro país.
Para la gente de Tlaxcala, sobre todo del municipio de Apizaco, ya adoptó en su paisaje cotidiano urbano la imagen desgarbada de los migrantes, sus miradas curiosas, su acento casi jarocho y su mochila al hombro los identifica.
Una vez que cruzan el estado de Veracruz, antes pasan por Tabasco, suben abruptamente al Altiplano de México, su clima les parece extremo, la temperatura baja y ellos no vienen preparados para enfrentar ese nuevo flagelo.
Sin rumbo, como pueden, unos guiados por los polleros, otros por las nuevas vías de comunicación entre las que predomina el WhatsApp, de sus celulares los va guiando por esta ruta mortal.
Deben transcurrir entre 20 y 25 días para que puedan llegar a territorio tlaxcalteca, en la zona del sureste deben pasar por la aduana de los “Mara Salvatrucha”, que han sido deportados y se la viven de robar a los emigrantes inexpertos.
Otro peligro de muerte es la organización de los “Z” y el narcotráfico, ellos se los llevan a punta de metralleta y nunca se les vuelve a ver, eso no es muy común, pero es un peligro mortal y latente que los acecha en todas partes.
Luego tienen que enfrentar a los elementos del Instituto Nacional de Migración, la feroz migra mexicana, que con sus esporádicas redadas es muy temida por las deportaciones.
“LA BESTIA EDUCA”
Ya en el lomo de “La Bestia”, deben tener cuidado y volverse diestros y diestras al subir y bajar de los vagones, porque también viajan mujeres y familias enteras pero; hay que olvidar a los peores de todas sus pesadillas y esos son los elementos policiacos.
Estatales y municipales los esperan en tierras altas, de tal forma que en Veracruz los espían cerca de los bancos, saben que ahí deben refaccionarse de dinero y entrar y salir de un cajero bancario es un error que muchos migrantes novatos cometen.
Así, al llegar a Tlaxcala, siguen los asaltos donde a veces sin motivo son agredidos, los amenazan y les disparan con armas largas y cortas, uno de ellos quedó tendido muerto dramáticamente en las escaleras de una góndola.
2018 fue el año que más agresiones registro con arma de fuego, ataques armados en contra de los emigrantes, cuatro de ellos lesionados de bala y solo identifican a sus agresores como hombres vestidos con uniforme negro y encapuchados.
Pero no solamente los emigrantes son el blanco, desde hace un año el tren “La Bestia” es blanco de modernos asaltantes que colocan piedras, troncos y atraviesan lo que se pueda para frenar su marcha en la zona oriente y en Libres y Oriental en Puebla, en la colindancia estatal.
Se trata de gavillas numerosas que a punta de armas largas mantienen a raya a los custodios de Ferrosur, mientras otros grupos rompen los cerrojos y abren los vagones.
Se llevan lo que se puede, maíz, trigo, electrodomésticos y hasta botellas de vinos caros, sin olvidar las toneladas de polietileno, materiales de construcción y granos como maíz o trigo que son regadas sobre la marcha y otros asaltantes las suben a camionetas para darse a la fuga.
CACERÍA DE MIGRANTES CENTROAMERICANOS
Integrantes de la pastoral social “Un Mundo, Una Nación” han denunciado sin parar las agresiones a grupos de migrantes centroamericanos, cacería nocturna que se ha recrudecido en la zona de Apizaco, concretamente en el tramo entre Xaloztoc-Apizaco-Muñoz es la zona donde se han registrado hechos sangrientos.
Los migrantes centroamericanos son víctimas de agresiones en el lomo del tren “La Bestia”, otros al caminar entre las vías y unos más al estar reunidos en las ruinas de lo que eran las estaciones del ferrocarril.
Heridos llegan al albergue “La Sagrada Familia” en Apizaco, con espanto en su rostro dicen que viven de milagro.
Cabe destacar que en las inmediaciones de Xaloztoc se dio el primer ataque de la ”Banda de los Negros”, con saldo en esa ocasión de un centroamericano muerto y otro herido, pero los ataques armados no han parado a pesar de las denuncias.
Así describen una y otra vez a sus agresores, visten de negro, con pasamontañas, armados y se trasladan en una camioneta similar a las de la policía municipal y estatal, siempre atacan amparados en las sombras de la noche.
Incluso, en uno de estos ataques resultó un vigilante fallecido y en las inmediaciones de Huamantla fue quemada una de las patrullas con que los guardias de Ferrosur hacen sus recorridos.
Pero también ya se suman cinco ataques en contra de los migrantes, en la oscuridad de la noche que hace difícil identificar el lugar y sobre todo reconocer si en verdad se trata de los guardias privados, de policías municipales o estatales los causantes de las agresiones.
Otros casos se registraron donde al amparo de oscuridad, tres emigrantes fueron baleados y aseguraron que quienes les dispararon fueron elementos de la policía estatal.
Entrevistados en la Casa del Migrante “La Sagrada Familia”, donde se recuperaban de las lesiones de arma de fuego, acusaron que los efectivos detonaron en tres ocasiones sus armas de fuego.
Recordaron que al filo de las siete de la noche, kilómetros adelante de la estación de Apizaco, en las ruinas de la estación de “Guadalupe” antes de que los policías los agredieran les gritaron que se bajaran de los vagones.
Esa noche, en el municipio de Muñoz de Domingo Arenas, un salvadoreño y dos hondureños, uno de ellos de 16 años, presuntamente fueron baleados por los uniformados.
También ocurrió otro ataque armado: Sergio Luna, director de “Un Mundo una Nación”, confirmó que le fue reportado otro hondureño de 25 años quien recibió cinco impactos de bala, al parecer de los custodios de la empresa Ferrosur antes de llegar a la población de Muñoz de Domingo Arenas.
Expuso que su vida no estuvo en peligro, sin embargo, lamentó que elementos de la Comisaría de Seguridad Pública de Apizaco hayan ingresado arbitrariamente al albergue, bajo el argumento de que buscaban a otro migrante baleado.
El propio lesionado aseguró que los agresores son de la estatal, porque visten uniformes azules y que la patrulla es diferente a las municipales, como lo ha podido constatar en su recorrido por las calles de Apizaco.
Dijo estar muy preocupado porque otro de sus compañeros hondureños que no alcanzó a bajarse de los vagones, pero que recibió un impacto de bala en el abdomen y así se fue arriba del tren.
Josep -N-, testigo de la agresión salió de Guatemala, allá dejó a su madre y a una de sus hermanas y asegura que las experiencias con los vigilantes privados o “garroteros” de Ferrosur son muy amargas, lo mismo con las policías de los estados y municipios mexicanos por donde atraviesa “La Bestia”.
“Nos bajan del tren, nos pegan y en Orizaba, nos quitaron nuestra plata, se juntan y al juntarnos nos quitaron las cosas de valor, principalmente van sobre los celulares”, denunció.
Luego, sin nada, tuvimos que caminar por los túneles, hasta llegar a un lugar llamado “El Nazareno”, para subir a “La Bestia” otra vez, hasta llegar a Apizaco y vivir momentos horribles por la agresión de los policías encapuchados.
“Son los policías del estado y los municipales, ya los ubicamos, porque a los garroteros ya los vamos conociendo, son 25 días sobre los vagones y los vemos un día sí y otro también”, remarcaron
SE PISOTEAN LOS DERECHOS HUMANOS DE LOS EMIGRANTES
El sacerdote católico y párroco de la diócesis de Cristo Rey de la colonia Ferrocarrilera de la ciudad de Apizaco, Elías Dávila Espinoza lamentó que no para la violencia contra los centroamericanos.
Solicitó a la Comisión Estatal de Derechos Humanos que dé seguimiento a esta agresión contra la población migrante y que de acuerdo con lo denunciado por las víctimas, se trata de armas de fuego cortas y de alto poder las que utilizaron para atacar a los hondureños.
“Ni una detonación más contra migrantes, vamos a cambiar balas por despensas y apoyar a quien solo está de paso por Apizaco”, exigió.
Reveló que le preocupa que no haya ese cariño y respeto hacia el emigrante, “a los elementos policiacos se les olvida que muy posiblemente tengan algún pariente del otro lado de la frontera”.
Se les olvida que muy posiblemente al dejar la chamba de policía tengan que migrar para los Estados Unidos, y no se ponen a pensar que el que disparó posiblemente agredió, como en el caso más reciente, a un joven que podría ser su hijo.
Hay insensibilidad hacia la realidad de la migración, no se toma en cuenta que hay mucha violencia, de las pandillas, de la situación política, lamentablemente huyen de la violencia, pero llegan a un lugar más violento.
Ahora mismo son los hondureños los que emigran más, de cien más 70 son hondureños, por eso se pide que sean tratados con dignidad, van de paso buscan llegar a la frontera y hay que dejarlos seguir su viaje.
Insistió que es importante lograr las visas humanitarias, pero hay que tomar en cuenta que su destino no es Tlaxcala, ellos tienen otras miras, por eso hay que capacitar a los policías, para que tomen conciencia.
Por otro lado existe otro peligro y que son los asaltos por gente armada al tren y eso pasa muy cerca del albergue “La Sagrada Familia” y no hemos visto que logren replegar a los asaltantes.
Ahí se acaba su prepotencia, son apretados por las armas y se esconden, no hay coherencia y “pedimos a la autoridad que se ubique a los responsables, que se castigue a los agresores”.
El migrante no roba, que no se confundan, ellos no llevan herramientas, ni se roban la mercancía, por eso hay una propuesta de ley para crear el Instituto del Migrante, pero los diputados lo tienen atorado, ni para atrás, ni para adelante.
Es por eso que hay carencia de todo, no hay que olvidar que también se atienden a mexicanos que viajan a bordo del tren, por otro lado la verdad es que Tlaxcala es foco rojo en materia de seguridad, por estas agresiones con armas largas y cortas.
Hay heridos, ya hay muertes y ante los recientes acontecimientos es urgente que se tomen cartas en el asunto, ya que la seguridad y los elementos que la aplican deben ser contenidos.
Al mismo tiempo hizo un llamado de auxilio para que se hagan llegar donaciones, medicinas, alimentos, ropa y efectivo, el gas cuesta 500 pesos al mes, viene la temporada alta y las condiciones son muy precarias.
Reconoció que esporádicamente se reciben donaciones de instituciones y de escuelas, pero no es suficiente, el albergue requiere de mucha ayuda para canalizarla a quien cada día más lo necesita angustiosamente.
ASALTO AL TREN VOMO EN EL VIEJO OESTE
Como si se tratara de una película del viejo oeste, un tramo que recorre el tren “La Bestia” en Tlaxcala, por su larga pendiente ha sido tomado para asaltar al tren, troncos, piedras y lo que se puede son colocados a manera de barricadas para detener la marcha de las locomotoras.
El tramo comprende a los municipios de Ixtenco, Zitlaltepec, Huamantla, Xaloztoc, Apizaco y Muñoz de Domingo Arenas.
Esos momentos son aprovechador por los integrantes de una banda de asaltantes conocida como “Los Hechiceros” que incluso ha enfrentado al ejército, gendarmería y a la policía estatal y de los municipios
El resultado es que Tlaxcala ocupó el cuarto lugar a nivel nacional por índice de robos a ferrocarriles cometidos en territorio estatal al grado que este flagelo creció en tres mil 500 por ciento, entre el primer y tercer trimestre del año 2017.
Cifras de la Asociación Mexicana de Ferrocarriles (AMF), en el trimestre julio-septiembre, la entidad registró 35 robos a trenes, solo por debajo de entidades como Puebla, que tiene una alta incidencia y en ese periodo tuvo 109 casos, seguido de Veracruz con 91 y Guanajuato con 67.
En el primer trimestre de ese año la entidad solo tenía registros de un incidente de este tipo, pero para el segundo periodo de este tipo la cifra se elevó a 24, pero ahora éste se disparó a pasar a 35 robos al tren, siendo la mercancía de vinos y licores, así como granos y autopartes.
Los golpes de la delincuencia suman mil 32 robos en 28 estados de la República, siendo Veracruz, Puebla, Guanajuato, Querétaro y Tlaxcala los que figuran como las entidades favoritas de los saqueadores.
En este caso hubo un incremento de 9.76 por ciento de actos vandálicos cometidos en la entidad tlaxcalteca. Para este caso, el aumento a nivel nacional por vandalismo fue de 16.42 por ciento en solamente tres meses, de los cuales dos mil 421 corresponden a vandalismo en trenes y 252 en vías.
El pasado miércoles 7 de marzo la Procuraduría General de la República (PGR), a través de su delegación Estatal Tlaxcala, inició carpeta de investigación por el delito de robo al tren de Ferrosur.
De acuerdo a la carpeta de investigación, personas ajenas al servicio ferroviario activaron la alarma de emergencia en el tren a la altura del kilómetro S0175, en el poblado de Tamariz en los límites de Tlaxcala-Puebla, con el objetivo de detener su marcha y vandalizar, sustrayendo 88 mil 448 kilogramos de polietileno que se localizaban en cuatro vagones.
De esta forma, Tlaxcala se ha convertido en una aduana peligrosa y foco rojo, tanto por las agresiones a los emigrantes centroamericanos como por los constantes asaltos al tren de Ferrosur.
Este flagelo afecta a los tlaxcaltecas de los municipios localizados donde se cometen estos delitos, sin que por el momento se tenga un resultado contundente por parte de la autoridad federal, estatal o municipal.