El culto a los muertos en Tlaxcala; costumbre que sobrevive y se remonta a la época prehispánica
TLAXCALA/ /OCTUBRE/2020/Pedro Morales/ Fotos Jorge Lezama
La celebración de Todos Santos en Tlaxcala significa una de las tradiciones más arraigadas entre nuestra gente, es tiempo de convivir y de mantener vigentes los valores que nos inculcaron nuestros mayores.
Vivimos una época inédita con la pandemia mundial del coronavirus, el confinamiento y el temor a los contagios limitan la vida y también la práctica de nuestras costumbres.
Al mismo tiempo, la celebración del Halloween estadounidense pareciera permear muchas de las culturas del mundo, cabe recordar que en nuestro país existen desde hace siglos tradiciones que persisten hasta nuestros días.
Son rituales que año con año se realizan en la totalidad del territorio estatal donde el olor a guayaba, incienso, pan recién orneado, flores y los aromas de los dulces tradicionales de camote, calabaza o arroz con leche impregnan y perfuman el ambiente.
En esta temporada de Todos Santos, destaca la elaboración de hojaldras, el señor Antonio Mendieta de 83 años de edad lleva 45 años elaborando este rico pan. La señora Julia Mendieta, su hija, de 46 años de edad sigue su legado.
En el pueblo de San Diego Metepec colindando con el pueblo de Acuitlapilco. El pan es para la ofrenda a sus muertos, es un pan muy ligero, esponjoso y este contiene pasas, arándanos y sabor naranja.
Se trata del pan de muerto preparado especialmente para esta temporada, hablamos de las hojaldras, tiene forma redonda, es cubierto de azúcar y decorado con masa en forma de huesos.
La panadería es artesanal, donde los botes de manteca se convierten en resistentes charolas para hornear con el punto exacto, en ese horno de leña que en cada temporada sirve para hornear el pan de la familia para las ofrendas.
Las recetas se transmiten de generación en generación para conservar el sabor original de las pezuñas de manteca, de los panes blancos con azúcar glass que le dan ese sabor tan especial.
Se trata pues de nuestro inigualable pan de muerto y es común en estos días previos a los días en que regresan nuestros muertos que al caminar por las calles de nuestros pueblos y comunidades el ambiente se impregna del olor a fruta y también al de pan recién horneado que es una delicia.