Relevo en la Secretaría de Relaciones Exteriores
CDMX/ 2 /01/2021
-El nombramiento de Carmen Moreno Toscano es una buena noticia para México
Según fue anunciado ayer, Carmen Moreno Toscano sustituirá a Julián Ventura como subsecretaria de Relaciones Exteriores. De acuerdo a diversas fuentes, la decisión del presidente López Obrador derivó de la recomendación del canciller Marcelo Ebrard.
Carmen Moreno es una competente funcionaria que se ha desempeñado en diversos cargos de alto nivel, tales como embajadora de México en países como Guatemala, Costa Rica y Nicaragua, entre otros. En lo que respecta a su formación académica, es egresada de la UNAM y del Colegio de México.
Entre otros méritos, la diplomática fue condecorada con la medalla de la Legión de Honor de Francia por el presidente François Hollande en 2013. Adicionalmente, Moreno se ha distinguido como una activa promotora de los derechos de las mujeres; trabajo que le hizo merecedora en 1994 de la distinción como la primera mujer Embajadora Eminente de nuestro país.
Morena será responsable de la gestión de los asuntos hemisféricos con Europa, Asia y Medio Oriente, lo que hará de la funcionaria un elemento clave en la conducción de la política exterior de México, al lado de otros personajes como Jesús Seade, Maximiliano Reyes, Martha Delgado y el propio canciller Ebrard.
Con su nombramiento, la Secretaría de Relaciones Exteriores da una muestra fidedigna del profesionalismo de la cancillería encabezada por Ebrard, y de la convicción del canciller de fortalecer a la dependencia frente a los nuevos desafíos globales presentados por el crecimiento de la influencia de China, y ante los retos que supone una nueva administración federal en Washington.
No obstante el competente núcleo de funcionarios que rodea al canciller Ebrard, el presidente López Obrador ha dado pruebas públicas de su pobre interés por la política exterior de México. Lo ha hecho a diestra y siniestra, quizá derivado del escaso valor político que le representa en términos de popularidad y votos. Sin embargo, la confianza del presidente que ha sido depositada en el talento y experiencia de Ebrard puede conllevar la superación del desinterés presidencial y dejar en las manos del canciller y de los subsecretarios las riendas del control de nuestras relaciones internacionales.