Talamontes y grupos inmobiliarios arrasan el Gran Bosque de Agua
El Gran Bosque enfrenta diariamente embates.
Nacional. A 08 de Junio de 2023. ✍️
El parque ecológico y recreativo de Zempoala-La Bufa, llamado Parque Otomí-Mexica y que es denominado Gran Bosque de Agua por los ecologistas, enfrenta a diario embates de desarrolladores inmobiliarios, de talamontes y dueños de aserraderos clandestinos. Protegidos por grupos armados, estos restan masa forestal al bosque que es extendido por 17 municipios ubicados en la Ciudad de México y Morelos.
“Ya no se escuchan las aves del monte, al correcaminos no lo vemos ya, muchos animales ya no están, ahora hasta da miedo subir al bosque porque hay hombres armados que protegen aserraderos o la tala”, afirmó un integrante de la Unión de Pueblos Originarios, Comunales y Ejidales del Gran Bosque de Agua.
Defensores del Parque Otomí-Mexica bloquearon el 05 de junio la autopista y carretera libre de México-Toluca durante casi seis horas, con el objetivo de hacer visible el grave problema de la tala clandestina en la región de bosques mexiquense, la cual era declarada área natural protegida en la Gaceta General de Gobierno estatal el 08 de enero de 1980.
Esta reserva ecológica cuenta con 105 mil 875 hectáreas, abarca bosques pertenecientes a los municipios mexiquenses de Capulhuac, Huixquilucan, Isidro Fabela, Jalatlaco, Jilotzingo, Jiquipilco, Lerma, Nicolás Romero, Ocoyoacac, Ocuilan, Otzolotepec, Tianguistenco, Temoaya, Villa del Carbón, Naucalpan y Xonacatlán.
La reserva tiene una región rica en fauna, flora y árboles de oyamel, ocote, encinos, madroños, tejocotes, capulines, nogales y fresnos, además de especies que aportan vida a este bosque. Por ello es importante proteger este bosque y frenar su devastación.
La presencia de la Guardia Nacional en Huixquilucan fue para proteger los bosques e inhibir el ingreso de rapamontes en los parajes Piedra Grande y San Miguel, según ha dicho un residente de la región que ha acusado el actuar con descaro cuando los camiones cargados de troncos bajan y se internan en el municipio de Lerma. “La tierra se está secando, ya no veo las aves de antes, ya no veo el correcaminos. Por la tala los cacomixtles bajan a las zonas urbanas y no se les ve mucho en el monte”, insisten habitantes de pueblos originarios. “El monte da agua, aloja vida silvestre y es atractivo turístico; todo eso se debe proteger”, reiteran.
Información obtenida de La Jornada.