Por: Luis Jesus Morales
Con lágrimas en los ojos y el corazón desgarrado, los abuelos de Cristopher, un niño de tres años, claman por su bienestar después de que sus padres fueran detenidos por el delito de cohecho. Los abuelos, Mariana Rodríguez y José Alberto Hernández, así como Cecilia Espinosa y Fidel, abuelos paternos y maternos del pequeño, enfrentan una angustiosa incertidumbre mientras su nieto se encuentra incomunicado tras el arresto de sus progenitores.
«Llevamos muchas horas sin saber si mi nieto ya comió, no sabemos nada de él, lo tienen incomunicado como si fuera un delincuente», expresaron con profundo dolor los abuelos. Aunque reconocen que su nuera y su hijo cometieron un delito, se aferran a la idea de que el niño no tiene culpa alguna y no debería pagar por los actos de sus padres.
Desesperados por obtener información sobre el bienestar de su nieto, los abuelos se dirigieron al Centro de Justicia para las Mujeres de la Fiscalía mexiquense en Cuautitlán Izcalli, donde fueron sacados un día antes por insistir en ver a su nieto. Denuncian que el niño está incomunicado y que les niegan acceso a él, a pesar de haber cumplido con los trámites y certificaciones que demuestran que forman parte de su red de apoyo.
Con gran preocupación, mencionan que les han informado que en el Centro de Justicia no le proporcionan alimentos adecuados al pequeño, por lo que llevaron quesadillas de queso y un plátano para asegurarse de que tuviera algo que comer. Sin embargo, no saben si su nieto aún se encuentra allí o si ya fue trasladado al DIF de Toluca sin su consentimiento.
Los abuelos imploran por el bienestar de Cristopher, insistiendo en que él no es un delincuente y merece estar rodeado de amor y cuidado en estos momentos difíciles. A pesar de la situación, continúan luchando por obtener información y garantizar que su nieto sea tratado con el respeto y la dignidad que merece, ajenos a las acciones de sus padres.