Por; Luis Jesus Morales
Bruno Plácido Valerio, líder indígena y dirigente de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), fue asesinado en Chilpancingo, Guerrero. El trágico suceso tuvo lugar en la entrada principal de las instalaciones de la Secretaría de Salud del Estado de Guerrero el martes, poco después de las 17:00 horas. En el ataque armado, también perdió la vida su chofer.
Bruno Plácido Valerio se encontraba en la Secretaría de Salud para reunirse con funcionarios de la dependencia y buscar respuestas a su solicitud de medicamentos y la instalación de más clínicas en comunidades de municipios de la Costa Chica, su área de influencia.
El cuerpo de Plácido Valerio quedó en la entrada principal de la Secretaría de Salud, vistiendo una camisa blanca con rayas de tonos pastel y pantalones de mezclilla. Su chofer yacía a un metro de distancia en una rampa para sillas de ruedas, con una camiseta negra y pantalones de mezclilla azul.
En el lugar del incidente, se presentaron elementos de la Guardia Nacional, la Secretaría de Seguridad Pública y personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) para iniciar las investigaciones correspondientes y realizar el levantamiento de los cuerpos, que serían trasladados al Servicio Médico Forense.
La UPOEG, un movimiento fundado hace 10 años, opera en seis municipios de la Costa Chica de Guerrero y la zona rural de Acapulco, principalmente. Su objetivo principal es garantizar la seguridad y la justicia en comunidades que enfrentan altos niveles de violencia generada por la delincuencia organizada.
Recientemente, la UPOEG había anunciado su rearme como organización, considerando que no había avances positivos en la seguridad de las comunidades por parte de los gobiernos a pesar de haberse retirado para dar a las autoridades la oportunidad de demostrar que podían garantizar la seguridad de la población.
Bruno Plácido Valerio, líder comunitario de origen indígena, nacido en Azoyú, municipio de la Costa Chica en 1969, inicialmente enfocó la organización en la gestión de proyectos productivos para las comunidades indígenas de la región. Más tarde, incursionó en proyectos de seguridad con grupos de civiles armados, destinados a proteger a los habitantes de las comunidades de las amenazas de la delincuencia organizada.
La autodefensa surgió en enero de 2013, con su centro de operaciones en Ayutla, expandiéndose a municipios como Tecoanapa, Copala, Cruz Grande, Marquelia, Azoyú y San Marcos, antes de extenderse a Juan R Escudero y la zona rural de Acapulco. A pesar de acuerdos con el gobierno estatal, la iniciativa de registro de los integrantes de las policías comunitarias no se concretó.