La búsqueda de la verdad: México y las reformas de electricidad
México. A 5 de febrero de 2024.
Sunashi Rivera
En el umbral del siglo XIX, la electricidad hizo su entrada a México. En 1877, las primeras lámparas eléctricas encendieron la Ciudad de México, marcando el inicio de una era de innovación tecnológica. Sin embargo, el camino hacia la electrificación plena fue gradual, torpe y en contra del pueblo mexicano.
En 1937 con la creación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se centralizó el control del sector, consolidando los esfuerzos para generar y distribuir electricidad de manera más eficiente.
Desde el presidente Adolfo López Mateos se encargo de dejar una huella imborrable al nacionalizar la industria eléctrica en 1960. Este hecho robusteció el papel del gobierno en la gestión de la energía, redefiniendo el panorama eléctrico mexicano. Sin embargo, en las últimas décadas, México ha experimentado transformaciones significativas en su sector eléctrico. Reformas que han buscado abrir las puertas a la competencia y atraer inversiones privadas, con el aparente objetivo de modernizar la infraestructura eléctrica y mejorar la eficiencia en la generación y distribución de energía, pero justo bajo esta «búsqueda de mejora» en la industria eléctrica se observó la mala gestión e interés individuales de los gobernantes, por caso la desaparición de Luz y Fuerza del Centro en el periodo en el que fue presidente Felipe Calderón; quién tomó la decisión de hacer la desolación forzada de la entidad, dejando a más de 44 mil 300 trabajadores desempleados, sólo por el capricho de Calderón de eliminar las prestaciones a las que eran acreedores los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas, bajo el argumento del expresidente que eran desproporcionadas.
Posteriormente, Vicente Fox en su mandato realizó el cambio de horario con el objetivo de ahorrar energía eléctrica, sin embargo, esto tuvo muchos estudios en sus beneficios y contras, pues se decía que afectaba la salud, la productividad y se ponía en duda si este cambio en verdad estaba siendo beneficioso.
La mancha de la energía eléctrica se extiende al periodo del gobierno de Enrique Peña Nieto en el 2013 con su Reforma Energética y la búsqueda de privatizar la energía en México, complicando los sectores económicos de todos los mexicanos que se rigen bajo en margen de un salario mínimo. Peña hundió al país y a la CFE al poner en bandeja de plata la electricidad a empresas extranjeras, para que ellas ganarán más dinero a costa del mexicano y sus necesidade, bajo la pseudo modernización de la industria petrolera nacional, los cuales ni redujo costos en recibos de luz y gas, ni mejoró la economía familiar, ni generó empleos, y mucho menos aumentó la inversión para fortalecer a Pemex y CFE: todo lo contrario, significó un rezago de aproximadamente 10 años para México, según Ricardo Mota Palomino, director general del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace). Este rezago impactó en la planificación a largo plazo del sector eléctrico, generando un desequilibrio entre la infraestructura de transmisión y la capacidad de generación.
Mota Palomino subraya los esfuerzos actuales para corregir los desafíos heredados y lograr un crecimiento sostenible del sistema eléctrico nacional. La administración actual bajo en mandato de Andrés Manuel López Obrador busca ajustar la capacidad de la red de transmisión, considerando la oferta de generación instalada y anticipando el crecimiento del mercado.
Otro cambio de AMLO fue el horario, pues incluso desde sus primeros meses de mandato, advertía que desestimaba la utilidad del horario de verano vigente, su argumento fue que traía más problemas que beneficios afectando la salud de la población anualmente, y expresando que no compensaba el ahorro de energía. Era justo para lo que había sido creado este horario nuevo, sin embargo AMLO compartió que no era de utilidad en el ahorro de energía, fue hasta 2022 que se hizo ley y cambió el horario.
Sin embargo, en un país donde las decisiones judiciales impactan directamente en la vida de los ciudadanos, el reciente fallo de la Suprema Corte ha dejado el cuestionamiento sobre el rumbo de la justicia y el futuro de México en la recuperación de la energía dando un paso atrás a la reforma propuesta de Andrés Manuel López Obrador, argumentando que era «inconstitucional».
En medio de toda esta información, la realidad es clara: la electricidad se rige bajo controversia política, individualización y golpes de económica en México. En un país donde la vergüenza parece ausente en algunos sectores, la búsqueda de la dignificación de los ciudadanos comunes por medio de la recuperación de lo que una vez nos fue arrancado. Pues numerosas familias no tienen un sueldo digno y por lo tanto tampoco condiciones de vida digna, las empresas solo velan por sus intereses y los diversos presidentes que han pasado por México han hecho acciones que pareciera que buscan el beneficio de la sociedad mexicana, pero solo han logrado afectar más la economía y subir los precios. Pues el magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Dayan, falla en contra del Gobierno, del Congreso y de los mexicanos.
Recientemente, AMLO compro a Iberdrola 13 plantas de energía eléctrica, anunciando que será la CFE la que operara estas plantas y se convertirá en la mayor generadora de energía en México. Esta adquisición costará al gobierno unos $6,000 millones de dólares. AMLO hizo esto para contribuir a la soberanía energética en México, permitiéndose así bajar los costos del servicio eléctrico.
Por último, aquí les pregunto, ¿no es momento de que alguien busque el beneficio de los mexicanos en lugar de fijarse en su bolsillo?
A pesar de los esfuerzos del Gobierno Federal la economía de las familias mexicanas sigue teniendo problema para el pago de servicios, aún no se recuperan de la huella de los anteriores gobiernos.
Los mexicanos ya no toleraremos más abusos, es momento de velar por nuestros intereses y nuestra conveniencia.