La Cochinilla de Nopal: Un Colorante Natural de Valor Incalculable
17 de mayo de 2024 // Por: Isaura Corona Osorio
La grana cochinilla (Dactylopius coccus) un parasito que se alimenta de los jugosos nopales, es el productor del ácido carmínico, un pigmento de un rojo intenso que ha trascendido fronteras y épocas por su calidad y versatilidad.
Desde tiempos prehispánicos, los pueblos indígenas de México, como los mixtecos, han cultivado la cochinilla para extraer su preciado tinte. Este colorante natural no solo era utilizado para teñir textiles, sino que también formaba parte de rituales y simbolismos sagrados. Con la llegada de los españoles, la grana cochinilla se convirtió en un bien de intercambio comercial de gran valor, llegando a teñir las vestimentas de la realeza europea, a ser exportada a lugares tan lejanos como Rusia y Persia.
Su colorante es altamente cotizado en diversas industrias, desde la alimentaria hasta la cosmética, pasando por la farmacéutica y la textil. La habilidad para producir tonos que van desde el rojo carmín hasta el morado, dependiendo del pH, hace del ácido carmínico un producto excepcionalmente versátil.
Los insectos son recolectados con delicadeza de las pencas del nopal y posteriormente secados al sol o en hornos para obtener el pigmento. Esta labor, que se realiza de tres a cuatro veces al año, es una tradición que se ha transmitido de generación en generación, manteniendo viva una práctica ancestral.
La competencia con colorantes sintéticos y la necesidad de prácticas sostenibles de cultivo son temas actuales que requieren atención. Es esencial preservar este patrimonio natural y cultural, asegurando que continúe siendo una fuente de orgullo y sustento para México.