El Pintalabios Rojo: De la Realeza a la Rebelión
Entretenimiento. A 22 de junio, 2024. Damallanti Martínez
Desde tiempos antiguos, el pintalabios rojo ha sido un símbolo de poder, estatus y, a menudo, controversia. En el antiguo Egipto, se utilizaba ocre rojo mezclado con resina, mientras que Cleopatra prefería el carmín extraído de la cochinilla. En la antigua Grecia, las trabajadoras sexuales usaban labios rojos, arriesgándose a ser castigadas si aparecían en público sin su pintura labial distintiva, hecha de moras, algas y otros ingredientes exóticos.
En el Imperio Romano, los tonos vivos indicaban un estatus superior, aunque el uso de bermellón, cargado de mercurio, representaba un peligro mortal. Durante la Edad Media, el pintalabios se consideraba perverso y contrario a las enseñanzas cristianas. Sin embargo, en la Inglaterra de Isabel I, el labial rojo era visto como un protector contra espíritus malévolos y se hizo muy popular.
El significado del pintalabios rojo cambió nuevamente en el siglo XX. Durante el movimiento sufragista de la década de 1920, se convirtió en un símbolo de lucha por los derechos de la mujer. Elizabeth Arden distribuyó tubos de labial a las sufragistas en 1912, inspirando a muchas mujeres a usarlo como insignia de valentía.
En la Segunda Guerra Mundial, el pintalabios rojo se transformó en un símbolo de feminidad patriótica y resistencia, con tonos como “rojo de combate” y “rojo victoria” volviéndose populares. Tras la guerra, el labial rojo se consolidó como un clásico de la moda, gracias a iconos de Hollywood como Audrey Hepburn y Marilyn Monroe.
En tiempos más recientes, el labial rojo sigue siendo un emblema de rebeldía y fuerza. En 2018, la campaña #SoyPicoRojo en Nicaragua utilizó el pintalabios rojo para protestar contra la dictadura. En 2019, miles de mujeres en Chile se pintaron los labios de rojo para denunciar la violencia sexual, demostrando que su poder y atractivo atemporal persisten.