Leyendas Olímpicas: El Primer Puntaje Perfecto en Gimnasia
26 de julio de 2024. Por: Isaura Corona Osorio
Hace exactamente 43 años, en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, la joven gimnasta rumana Nadia Comaneci paso de ser una niña prodigio a una leyenda de la gimnasia. Con tan solo 14 años, logró algo que parecía inalcanzable: el primer puntaje perfecto de 10 en la gimnasia olímpica.
Aquel 18 de julio de 1976, en la prueba de barras asimétricas, Nadia Comaneci realizó una rutina impecable. Su gracia, precisión y destreza dejaron al público y al jurado atónitos. Cuando los números aparecieron en la pantalla, marcando un 1.00, la confusión se apoderó del recinto. Sin embargo, pronto se corrigió: Nadia había obtenido el primer 10 “perfecto” en la historia de la gimnasia olímpica.
Nadia no se detuvo ahí. Durante esos Juegos, también ganó tres medallas de oro, una de plata y una de bronce. Su carrera continuó cosechando éxitos: 12 medallas en torneos europeos, cuatro en campeonatos mundiales y nueve preseas en Juegos Olímpicos. Pero siempre será recordada por aquel famoso “10 perfecto”.
Aunque su carrera deportista parece una gran estela, lo cierto es que su historia estuvo llena de claros oscuro pues Nadia sufrió abusos físicos y emocionales por parte de su entrenador, Béla Károlyi. Aunque Károlyi la llevó al éxito, también la atormentaba y humillaba. Archivos de la Securitate revelan la “relación abusiva” que sufrió.
Sus compañeras gimnastas también padecieron humillaciones y golpes. Se dice que las chicas eran golpeadas tan fuerte que sufrían hemorragias nasales.
A pesar de los maltratos, Nadia rara vez habló públicamente sobre ello. En una entrevista no publicada de 1977, admitió que era insultada constantemente e incluso abofeteada por haber ganado 300 gramos de peso.
Desde 1984 hasta 1989, mientras aún vivía en Rumania bajo el régimen de Nicolae Ceaușescu, Nadia se convirtió en parte de la Federación Rumana de Gimnasia. Después de huir de Rumania en 1989, Nadia Comăneci se estableció en Estados Unidos. Allí, continuó su compromiso con el deporte y su legado.
Actualmente, Nadia asistió a los Juegos Olímpicos de París 2024, llevando la llama olímpica junto a otros grandes atletas y leyendas de estos juegos.