El Misterio de las Hermanas Pollock
a 17 agosto 2024. Lizeth Cuahutle
La historia de las hermanas Pollock es uno de los casos más enigmáticos relacionados con la supuesta reencarnación. Todo comienza el 7 de mayo de 1957, en la pequeña ciudad de Hexham, Inglaterra, cuando una tragedia sacudió a la familia Pollock. Ese día, un automóvil atropelló a tres niños que se dirigían a la iglesia, matando al instante a dos de ellos: Joanna, de 11 años, y Jacqueline, de 6 años. Sus padres, John y Florence Pollock, quedaron devastados por la pérdida.
John, un ferviente creyente en la reencarnación, oró incansablemente con la esperanza de que sus hijas volvieran a él de alguna manera. Su fe parecía materializarse cuando Florence quedó embarazada y dio a luz a dos gemelas, Gillian y Jennifer, el 4 de octubre de 1958. Según los padres, las niñas nacieron con marcas similares a las de sus hermanas fallecidas: Jennifer tenía una mancha en la frente, igual que Jacqueline, mientras que Gillian presentaba un lunar en el costado, similar al de Joanna. Estos detalles convencieron a John de que sus hijas habían reencarnado, y logró persuadir a Florence de lo mismo.
Dos años después, la familia se mudó a Whitley Bay, pero eventualmente regresaron a Hexham. Lo sorprendente fue que las gemelas parecían reconocer el lugar, nombrando objetos y juguetes de la misma manera que lo hacían sus hermanas fallecidas. Además, ambas sufrían pesadillas recurrentes relacionadas con el trágico accidente de Jacqueline y Joanna, describiéndolo con una precisión aterradora, como si lo hubieran vivido en carne propia.
El comportamiento de las niñas, su miedo a los autos y su familiaridad con detalles que no deberían conocer, llevó a los Pollock a creer firmemente que Gillian y Jennifer eran la reencarnación de sus hijas fallecidas. En busca de respuestas, acudieron a Ian Stevenson, un profesor de psiquiatría en la Universidad de Virginia y experto en reencarnación. Stevenson entrevistó a la familia en varias ocasiones, desde que las gemelas tenían cuatro años hasta 1978, cuando cumplieron 20 años.
Sin embargo, a medida que crecieron, las gemelas dejaron de recordar esos supuestos recuerdos de vidas pasadas. Aunque admitieron, influenciadas por sus padres, que podrían ser la reencarnación de sus hermanas, ellas mismas comenzaron a dudar de esa creencia.
Hasta el día de hoy, la historia de las hermanas Pollock sigue sin una explicación definitiva. Muchos puntos de la historia han sido cuestionados: generalmente, las marcas de reencarnación están asociadas a cicatrices de accidentes, no a marcas de nacimiento, como fue el caso de Gillian y Jennifer. Además, no se descarta la posibilidad de que sus padres hayan influido en sus creencias, alimentando la idea de que eran la reencarnación de sus hermanas mayores, hasta que esta historia dejó de satisfacer sus vidas y creencias.
Ian Stevenson reflexionó: «Quizá nuestras creencias determinan nuestro destino. Si crees que vas a regresar como miembro de tu fe, lo harás. Si crees que simplemente mueres y no vuelves, no lo haces». Una declaración que deja más preguntas que respuestas sobre este fascinante caso.