La Desaparición del Santo Grial
A 24 agosto 2024. Lizeth Cuahutle
Los caballeros de la mesa redonda enloquecieron. Nadie supo, con certeza, qué sucedió según el recuento de Thomas Malory, a quien se le atribuyen las historias del Rey Arturo, toda la corte celebraba un festín cuando, de repente, el santo grial desapareció. Después de décadas bajo la custodia de las doncellas del rey, la reliquia sagrada se esfumó en medio del tumulto.
La ausencia de la copa, un objeto cuya posesión había sido sinónimo de poder y divinidad, desató la locura entre los caballeros, acostumbrados a la seguridad de tenerla siempre bajo su control.
El santo grial, mencionado por primera vez en la épica del Rey Arturo, no solo representaba un símbolo de fe, sino también una fuente de poder. Desde tiempos inmemoriales, las reliquias sagradas han sido motivo de conflictos sangrientos; decenas de miles de asesinatos se han cometido en nombre de ellas. La historia del santo grial no fue la excepción. Según la profesora Joanne M. Pierce, especializada en estudios religiosos, la leyenda de Malory fue alimentada por el renovado interés europeo en Tierra Santa, especialmente durante la Edad Media, cuando las principales potencias luchaban por la posesión de reliquias y el favor del Papa. Muchos cruzados, comprometidos con la causa de recuperar Jerusalén, ni siquiera sabían dónde estaba Israel, pero aun así participaban en campañas militares costosas para buscar objetos sagrados como el Santo Grial.
El Grial, la copa de la que Jesús bebió vino en la Última Cena antes de su crucifixión, es un objeto envuelto en misterio. Su existencia está documentada por tres fuentes históricas principales: elementos de la mitología precristiana, como la celta; la veneración de reliquias antiguas; y registros literarios de Reino Unido y Francia producidos durante la Edad Media. En la leyenda artúrica, cuando la corte se dio cuenta de que el Santo Grial había desaparecido, todos los caballeros se dispusieron a encontrarlo. Años más tarde, Sir Galahad, descendiente directo de José de Arimatea, lo encontró, siendo considerado «lo suficientemente puro» para dar con la reliquia perdida.
Sin embargo, es crucial recordar que estas historias de caballerías se basaban solo en parte en personajes reales, y muchos de los pasajes eran ficticios. Aun así, algunos reyes medievales buscaron de manera activa esta y otras reliquias sagradas, deseando consolidar su poder y obtener la gracia del Vaticano. Después de siglos de guerras y cruzadas, parece ser que España resultó victoriosa, ya que, según la feligresía, el santo grial descansa hoy en un nicho en la Catedral de Valencia. Este es solo uno de los muchos casos en los que reliquias, reales o no, han sido veneradas a lo largo de los siglos.
En la actualidad, la búsqueda del santo grial se ha convertido en una metáfora para describir una meta que parece casi imposible de alcanzar. A pesar de los siglos que han pasado desde las leyendas artúricas, el Santo Grial sigue siendo venerado en Valencia como una de las posesiones más milagrosas del catolicismo contemporáneo.
Aun cuando el medioevo parece lejano, su herencia persiste, proyectando sombras de misterio y devoción desde su nicho en la Catedral de Valencia, donde supuestamente reposa uno de los objetos más sagrados de la historia.