La forma redonda de los planetas un diseño de la naturaleza
A 27 de noviembre 2024. ✍🏼 Lizeth Cuahutle
La gravedad y los procesos del sistema solar explican su apariencia esférica.
La forma esférica de los planetas no es casualidad, sino resultado de la gravedad y los procesos que dieron origen al sistema solar hace 4,600 millones de años. A pesar de sus diferencias en tamaño, composición y rotación, todos los planetas comparten esta característica debido a su formación y evolución.
En sus inicios, el sistema solar era una nube de gas y polvo en equilibrio. Un evento externo, como una supernova cercana, desestabilizó esta nube, provocando que la materia comenzara a agruparse en zonas de mayor densidad. Así surgió el disco protoplanetario, donde se formaron el Sol y los planetas.
La gravedad jugó un papel clave al reunir materiales alrededor de un centro, distribuyéndolos uniformemente en todas direcciones. Este proceso natural favorece la forma esférica, que minimiza la energía gravitacional en un objeto grande. Además, los impactos constantes generaban calor, volviendo los materiales internos más flexibles y permitiendo que la forma redonda se estabilizara.
Sin embargo, la rotación de los planetas genera un leve efecto de achatamiento en los polos debido a la fuerza centrífuga. Este fenómeno varía según la velocidad de giro; por ejemplo, Júpiter, que rota muy rápido, muestra un evidente achatamiento polar.
La redondez de los planetas es el resultado de la interacción entre la gravedad y las dinámicas iniciales del sistema solar, un recordatorio de cómo el equilibrio de fuerzas moldeó nuestro entorno celeste.
Fuente: National Geographic