Cloro Trifluoruro el compuesto químico que todo lo quema
A 07 diciembre 2024. Lizeth Cuahutle
El trifluoruro de cloro (ClF₃) es un compuesto químico tan peligroso como fascinante. Este líquido incoloro, con un tenue olor a moho, tiene una capacidad única: puede quemar prácticamente cualquier material, desde vidrio y hormigón hasta metales altamente resistentes al fuego.
Lo que hace al ClF₃ aún más temido es su violenta reacción con el agua. Al entrar en contacto, se produce una explosión que libera calor extremo y gases tóxicos, complicando aún más cualquier intento de controlarlo. Curiosamente, usar agua para extinguir un incendio provocado por este compuesto solo empeora la situación, ya que el agua actúa como combustible para intensificar la reacción.
Descubierto en 1930 por el químico alemán Otto Ruff, el trifluoruro de cloro fue desarrollado inicialmente para aplicaciones industriales. Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial, su capacidad destructiva despertó el interés de los ejércitos de Alemania y Estados Unidos, quienes estudiaron su uso como arma química. Aunque su potencial era devastador, su manejo era extremadamente peligroso: los recipientes que lo almacenaban eran corroídos con el tiempo, y cualquier intento de transporte podía resultar en derrames o explosiones.
Uno de los accidentes más famosos ocurrió en una planta industrial en Estados Unidos, donde un derrame de ClF₃ sobre hormigón provocó un incendio que atravesó el suelo, liberando gases tóxicos. Cuando el equipo de emergencia intentó apagarlo con agua, la situación se descontroló aún más, dejando una marca imborrable en la instalación.
El trifluoruro de cloro sigue siendo un recordatorio de la capacidad destructiva de la química y de la importancia de manejar con extrema precaución sustancias tan inestables. Su historia, marcada por el caos y el riesgo, lo convierte en uno de los compuestos más peligrosos jamás sintetizados.