La diputada Lorena Ruiz García y su fallida iniciativa legislativa: una polémica más en su historial controvertido
Tlaxcala. A 20 de enero de 2025. Ricardo López
La diputada Lorena Ruiz García se encuentra nuevamente en el centro de la controversia tras presentar una iniciativa que pretendía adicionar el Artículo 187 BIS al Código Penal del Estado de Tlaxcala durante la primera sesión del segundo periodo ordinario de la LXV Legislatura. La propuesta, inspirada en la “Ley Ingrid”, buscaba penalizar la difusión indebida de imágenes, videos y otros materiales relacionados con procesos penales.
Sin embargo, esta iniciativa fue recibida con un rechazo generalizado por ciudadanos y medios de comunicación, quienes la calificaron como una amenaza directa contra la libertad de expresión. La propuesta proponía penas de 2 a 8 años de prisión y multas de hasta 501,000 Unidades de Medida y Actualización (UMA) para cualquier persona que difundiera de manera indebida información relacionada con investigaciones judiciales.
Ruiz García argumentó que esta medida buscaba garantizar justicia con perspectiva de género y evitar la revictimización. Sin embargo, su propuesta generó críticas de periodistas y representantes de medios impresos y digitales, quienes señalaron que la legislación podría utilizarse para censurar el trabajo periodístico y obstaculizar la denuncia pública.
Ante la presión social, Ruiz García se desistió del proceso legislativo y reconoció en redes sociales que la iniciativa carecía de un marco normativo sólido que la respaldara. Sin embargo, esta no es la única polémica que envuelve a la diputada, ya que su vida personal ha sido objeto de escrutinio público debido a las acusaciones en contra de su esposo por delitos graves como secuestro, desaparición forzada y cobro de piso.
La acumulación de controversias en torno a la legisladora ha llevado a muchos a cuestionar su capacidad para representar los intereses ciudadanos. Este episodio no solo evidencia su falta de preparación al proponer medidas legislativas, sino que también refuerza las preocupaciones sobre su integridad, empañando aún más su ya deteriorada imagen pública.