Descubren un ecosistema intacto en la Antártida tras el desprendimiento de un iceberg
A 29 marzo 2025. Lizeth Cuahutle
Un equipo de científicos ha realizado un hallazgo sorprendente en el fondo marino de la Antártida tras el desprendimiento del iceberg A-84. Este evento ha revelado un ecosistema submarino prácticamente intacto, con especies nunca antes vistas y una biodiversidad que desafía los conocimientos previos sobre la vida bajo el hielo.
Durante siglos, la región había permanecido sellada bajo una gruesa capa de hielo de 150 metros. Sin embargo, la fractura del glaciar George VI dejó al descubierto un área de 540 kilómetros cuadrados que jamás había sido explorada. Científicos a bordo desplegaron vehículos submarinos para investigar esta nueva ventana al pasado ecológico del planeta.
Lo que encontraron fue: bosques de esponjas gigantes, corales milenarios, anémonas fluorescentes, peces hielo y especies de aspecto alienígena, como la medusa Stygiomedusa gigantea, cuyas campanas superan el metro de diámetro y poseen tentáculos de más de diez metros.
A diferencia de otros ecosistemas de aguas profundas, que dependen de los nutrientes que descienden desde la superficie, este hábitat permanece aislado de esa fuente de energía. Los investigadores plantean que las corrientes oceánicas podrían ser la clave, transportando nutrientes desde otras regiones. También se sugiere que el retroceso del glaciar podría haber generado flujos submarinos ricos en materia orgánica.
Uno de los aspectos más intrigantes es la longevidad de algunas especies. Esponjas de crecimiento extremadamente lento sugieren que este ecosistema podría haber existido durante siglos sin ser perturbado, lo que lo convierte en una auténtica cápsula del tiempo ecológica.
Este descubrimiento también podría aportar pistas sobre la vida en otros planetas. Si organismos complejos pueden desarrollarse en condiciones extremas bajo el hielo, es posible que algo similar ocurra en lunas como Europa o Encélado, donde se cree que existen océanos subterráneos.
No obstante, la exposición repentina de este ecosistema plantea interrogantes sobre su futuro. La entrada de luz solar, la alteración de las corrientes y la posible llegada de nuevas especies podrían impactar su equilibrio. Para comprender mejor su evolución, los científicos han instalado dispositivos de monitoreo y planean futuras expediciones.