OMS recuerda que los guantes no sustituyen a la higiene de las manos
Internacional. A 5 de mayo de 2025. Redacción
La higiene de las manos es una de las medidas más eficaces, asequibles y universales de que disponemos para prevenir la transmisión de infecciones y garantizar que la atención médica sea segura, higiénica y de calidad.
Aunque los guantes médicos son fundamentales para prevenir la transmisión de infecciones, por ejemplo, cuando hay riesgo de exposición a sangre y secreciones corporales, no sustituyen a la higiene de las manos cuando esta es necesaria. Con motivo del Día Mundial de la Higiene de Manos de 2025, la OMS insta a los gobiernos, los establecimientos de salud y el personal de salud de primera línea de todo el mundo a mejorar esta práctica rentable y de eficacia probada para proteger tanto a los pacientes como a los trabajadores de la salud.
El Dr. Bruce Aylward, Subdirector General de la OMS de Cobertura Sanitaria Universal y Curso de la Vida, explica: «Los guantes médicos pueden reducir el riesgo de infección, pero nunca sustituyen a la higiene de las manos. Con motivo del Día Mundial de la Higiene de Manos, reafirmemos nuestro compromiso y redoblemos nuestros esfuerzos para mejorar la higiene de las manos en los establecimientos de salud con el fin de proteger a los pacientes y a los trabajadores de la salud».
Al igual que las manos, los guantes pueden estar contaminados. Además, a menudo se utilizan de forma incorrecta. Por ejemplo, los profesionales de la salud no siempre se los cambian entre un paciente y otro o entre distintas intervenciones prestadas a un mismo paciente. Por otro lado, el uso excesivo de guantes contribuye a degradar el medio ambiente.
Un hospital universitario medio de un país desarrollado genera cada año 1634 toneladas de desechos procedentes de la atención de salud, lo que equivale a más de 360 elefantes africanos, pero gran parte de ellos podría evitarse si se utilizaran los guantes de forma adecuada y se aplicaran las normas de higiene de las manos. La mayoría de los guantes usados se consideran desechos infecciosos y deben incinerarse a altas temperaturas o someterse a un tratamiento específico, lo que supone una carga adicional para unos sistemas de gestión de los desechos ya de por sí sobrecargados.