Cargar una mochila con coca, forma segura de pasar a los Estados Unidos: Niño migrante

28 de mayo de 2017/redacción

“Te pagan entre dos mil quinientos y tres mil pesos, solo por cargar una mochila, la gente que te lleva hasta te cuida, brincas el muro y lo que importa es la carga de la mochila… va repleta de cocaína”, afirma niño migrante de 16 años.

De paso por el albergue para migrantes de Apizaco “La Sagrada Familia”, el niño Luis Gerardo M. ve pasar al tren “La Bestia”, justo entre esas barreras asesinas, su mirada es la de un adulto.

Muy pensativo teje poco a poco una pulsera con hilo azul, negro, rojo y verde, afirma que salió de Guatemala el 26 de septiembre, un mes después de viajar por la ruta del tren, llegó a Apizaco, solamente para retomar fuerzas.

Allá en Guatemala dejó a sus padres y tres hermanos, el potente sonido de la máquina del ferrocarril impide por un momento la plática, sin embargo, dice que su familia está conforme con el viaje.

¿Te escapaste?

GCM.- No, la verdad es que yo me quise venir para llegar al Gabacho, de vez en cuando y cuando puedo, hablo con su familia, cuando junto para ir a las casetas telefónicas.

¿Qué tal el viaje?

GCM.- Tá bien, no le tocó ver a maras, solo a policías, hay unos que son buena onda, otros muy malos, te pegan, te corren y te amenazan, hay de todo, pero los peores son los de la migra, del otro lado.

La primera vez que paró el tren en tabasco, me pidieron papeles, pero les dije que tenía 16 años, no me molestaron, ya la segunda vez que paró el tren en Veracruz, un policía me bajó a empujones, hay unos que amenazan.

Los guardias del tren nos advierten que no hay que sacar el aire de las mangueras, para que separe el tren, porque si eso llegara a ocurrir, amenazan con bajar a todos.

¿Qué hacías en Guatemala?

GCM.- Estudiaba y trabajaba, era ayudante de albañil, y estudiaba de noche la secundaria, me gustaría ser diseñador gráfico.

¿Por qué te vas?

GCM.- Bueno ya es la segunda vez, a primera me fui a los catorce años, ya se me la ruta, me hicieron regresar, dijeron que todo estaba bien, peo la verdad es que no hay trabajo, menos dinero.

Por eso nos salimos, porque hay mucha pobreza, y el viaje se hace sin dinero, sin papeles, el dinero se pide en cada pueblo o un taquito o una botella de agua, no dan dinero.

¿A qué parte vas a ir?

GCM.- A Los Ángeles.

¿No hablas inglés?

GCM.- No, yo lo único que le pido a Dios es que me cuide, que me ayude con lo que me voy a tirar a hacer, pero uno sabe que con dinero se puede todo.

Por eso voy a “burriar”, porque ya me tiré a burriar la primera vez y me fue bien, logré pasar la frontera, se trata de cargar una mochila, como hace dos años en que viajé.

¿Entonces ya es la segunda vez, te deportaron?

GCM.- No, yo me regresé para ver a mi familia.

¿Qué es burriar?

GCM.- Cargar una mochila, eso te da la pasada de la frontera, la otra vez así le hice, estuve nueve meses en New Jersey, con el señor que trabajé hablaba español y me ocupó para barrer o trapear.

Me estuvo pagando 300 dólares semanales, ahí me quedé, dormía y comía, así ocho meses, ahora no voy a New jersey, porque va a empezar a nevar, por eso me voy a Los Ángeles.

¿Cómo es eso de la mochila?

GCM.- Buscas a los burreros, en esa ocasión pasamos por el desierto de Altar, en Sonora, hace mucho frío, nos vamos diez o quince, todos con mochilas llenas de coca, otros llevan mariguana.

Nos van cuidando, los burreros van dos adelante, siempre por a noche, ellos van espantando con ramas alas víboras, caminamos siempre por la noche, en fila india, al final vienen otros cuidando, vienen con ramas borrando las huellas.

Vienen borrando todos los pasos, porque dicen que oos de la migra de allá, son peor que perros rabiosos, siempre se camina de noche, son ocho días no menos, comemos lo que se puede.

 

Te pagan dos mil quinientos o tres mil pesos, te dan mil de anticipo y de ahí debes comprar tu comida, tu agua para aguantar la camínatelo que importa es que lleguen las maletas con la cocaína o la mariguana, para eso nos contratan.

Nos cuidan, cuidan la carga y lo único que les interesa es que legue la carga, de día no se camina, hay escondites, hoyos en la tierra, en cuevas formadas con piedras, ya son rutas por donde siempre caminan, siempre de noche.

Sólo de noche le damos, de las siete de la noche a las ocho de la mañana, no más, luego se ven pasar las patrullas, los helicópteros, pero no te agarran, en el día estamos tranquilos, escondemos cerca las mochilas, las escondemos bien.

Luis Gerardo ya se quiere ir, dice que no se arrepiente, su mirada busca ansiosa el tren, ya hizo amigos, lo cuidan, y como en este caso en Apizaco, se baña, toma alimentos y agarra fuerzas para legar a la frontera.

Su meta es buscar a los burreros, está seguro de que otra vez va a brincar la frontera, son su mochila a la espalda, para evadir el muro, a la migra y sumarse a los narcotraficantes.

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