Por: Luis Jesus Morales // Foto: Jorge Lezama
En el mundo, cientos de niñas y niños menores de 15 años se ven obligados a trabajar en condiciones que les privan de su derecho a la educación, la salud, el juego en pleno desarrollo de crecimiento. En México, cerca de 800 mil niños y niñas de entre 5 y 17 años de edad trabajan jornadas de 35 y más horas a la semana, y la mitad de ellos no asiste a la escuela, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El trabajo infantil está tipificado en la Ley Federal del Trabajo, mismo que fue recientemente reformado para elevar la edad mínima de acceso al trabajo de 14 a 15 años, para armonizarla con el acuerdo 138 que suscribió México con la Conferencia General de la OIT. Este acuerdo se ratificó en 2015 y entró en vigor en junio de 2016.
El Día Internacional contra el Trabajo Infantil, declarado por la OIT en 2002, tiene el propósito de dar a conocer el alcance del problema y promover iniciativas para resolverlo. Es necesario contar con la participación de los gobiernos, las empresas, los sindicatos y la sociedad civil para lograrlo.
El trabajo infantil impide el derecho a la educación de niñas, niños y adolescentes, ya que les impide ir a la escuela, los obliga a combinar sus estudios con largas jornadas de trabajo, y provoca que se retrasen o abandonen su trayectoria escolar. Además, su rendimiento escolar puede disminuir o aumentar el ausentismo, lo que los lleva, en última instancia, al abandonar la escuela permanente.
El estado de Tlaxcala se encuentra en la zona de expulsión o estado de origen de trabajo infantil, junto con Guerrero y Oaxaca. En esta zona, 46,447 niños recibieron el servicio educativo en escuelas generales, indígenas y comunitarias a cargo del Programa de Inclusión y Equidad Educativa (PIEE) antes Pronim de la SEP, y del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE).
El trabajo infantil es una de las condiciones que debe resolver el Estado para cumplir con el derecho de todos a una educación de calidad. Es necesario que las políticas se orienten a prevenir ya suprimir el trabajo infantil, y atiendan, al mismo tiempo, las causas y no solamente sus efectos.