Por: Luis Jesus Morales
En una conferencia de prensa, el Presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó críticas hacia la Organización de las Naciones Unidas (ONU), acusándola de ser meramente un «florero» sin un plan efectivo para abordar la preocupante problemática de la migración ilegal. Responsabilizó a la ONU por su falta de acción y la consideró parte del problema en lugar de la solución.
Además, el Mandatario federal señaló a las grandes potencias y organismos financieros internacionales por carecer de planes concretos para ayudar a las naciones más empobrecidas, limitándose, según él, a tomar partido en conflictos bélicos y suministrar armamento.
Estas críticas y la falta de iniciativas significativas por parte de estas instituciones son, según López Obrador, las razones por las que ha optado por no asistir a las Asambleas Generales de la ONU en el pasado.
El Presidente subrayó que la migración es un problema estructural y profundo que afecta a numerosos países y que la gente no abandona sus lugares de origen por elección, sino por necesidad. Afirmó que la ONU no ha adoptado un enfoque adecuado para abordar esta cuestión, atribuyendo una parte considerable de la responsabilidad a esta organización.
En lugar de muros y militarización de las fronteras, López Obrador abogó por un enfoque alternativo en el que los recursos destinados a armamentos se utilicen para fomentar el desarrollo en las naciones más empobrecidas, generando oportunidades de trabajo y educación, lo que, en su opinión, contribuiría a crear un mundo más justo y humano y a resolver los problemas asociados con la migración.
Estas declaraciones del Presidente López Obrador ponen de manifiesto su perspectiva crítica hacia la respuesta internacional a la crisis migratoria y su llamado a repensar la manera en que se abordan estos desafíos globales.