Prueba de saliva para detectar el cáncer de mama genera controversia
28 de febrero de 2024. Redacción.
Un estudio publicado por investigadores de la Universidad de Florida propone una nueva técnica para diagnosticar el cáncer de mama mediante el análisis de la saliva. El estudio, que se basa en la identificación de biomarcadores salivales asociados a esta enfermedad, ha despertado el interés de la comunidad científica, pero también ha generado críticas y escepticismo.
El cáncer de mama es la causa más común de muerte entre mujeres a nivel mundial, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En 2020, se estima que 2.3 millones de mujeres recibieron el diagnóstico de esta enfermedad, y 685 mil fallecieron a causa de ella. La OPS resalta que en países con recursos limitados, la detección temprana y el acceso a tratamientos efectivos son especialmente difíciles, lo que aumenta la carga de esta enfermedad en estas regiones.
En este contexto, la prueba de saliva podría ofrecer una alternativa rápida, sencilla y económica para detectar el cáncer de mama en etapas iniciales, lo que podría mejorar el pronóstico y la supervivencia de las pacientes. Los investigadores utilizaron tiras desechables similares a las de detección de glucosa, que cambian de color según la presencia o ausencia de ciertos biomarcadores salivales.
Sin embargo, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha expresado su cautela ante estos resultados, señalando que el estudio tiene varias limitaciones que ponen en duda su validez y su aplicabilidad. Entre ellas, destacan que el estudio se realizó en un grupo muy pequeño de 17 pacientes, lo que impide generalizar sus hallazgos a una población más amplia y diversa. Además, advierten que la prueba de saliva no ha sido sometida a ensayos clínicos rigurosos que demuestren su seguridad y eficacia, ni que la comparen con otras técnicas de detección ya establecidas.
La SEOM hace un llamado a la prudencia en la interpretación y la difusión de este tipo de estudios, que podrían generar falsas expectativas en los pacientes y sus familias, y alejarlos de métodos de detección y tratamientos probados y validados científicamente. Asimismo, insta a la comunidad internacional y a los medios de comunicación a evaluar con rigor y criterio la evidencia científica de estas investigaciones, y a no caer en el sensacionalismo o la desinformación.