Sirenas Mitos y misterios desde las profundidades del mar
a 16 Marzo del 2024. Lizeth Cuahutle
En 1822, un extraño animal conmocionó a la ciudad de Londres. Fue exhibido y cientos de personas, incluyendo científicos y naturalistas, hicieron fila para verlo.
La criatura, disecada y procedente de las Indias Orientales, fue identificada como una sirena, aunque su aspecto difería de la imagen común de estas criaturas: era una pequeña momia de facciones simiescas con pelo negro y largo, pechos mustios y una cola de pez.
El mito de las sirenas ha existido en prácticamente todos los continentes, representando criaturas con cuerpo de mujer hasta el vientre y cola de pez. En la Antigüedad, las sirenas eran seres híbridos con cabeza de mujer, cuerpo revestido de plumas y patas de pájaro. Según la mitología, estas criaturas fueron desplumadas y arrojadas al océano, transformándose en la imagen que conocemos hoy en día.
En la Edad Media, las sirenas simbolizaban la tentación, el deseo de la carne o la vanidad, y se las representaba sosteniendo un espejo y un peine. Eran vistas como seres siniestros y carentes de alma, cuya voz hechizaba al hombre y lo arrastraba a las profundidades emocionales.
Durante esta época, las sirenas eran consideradas mujeres fatales que conducían al pecado y a la muerte espiritual.
A lo largo de la historia, numerosos marineros han afirmado haber visto sirenas, incluyendo a Cristóbal Colón y John Smith. Sin embargo, muchos de estos avistamientos se han revelado como engaños. La sirena del capitán Samuel B. Eades, por ejemplo, resultó ser falsa, fabricada con la cabeza y torso de simios cosidos a una cola de pez.
Las sirenas continúan siendo un enigma y una fuente de fascinación, representando la dualidad de la tentación y la belleza en el imaginario humano.