La magia de los ajolotes: cómo estos anfibios mexicanos regeneran sus extremidades
Los ajolotes, emblemáticos anfibios mexicanos, destacan por su capacidad única de regeneración, incluso sanando heridas en su corazón sin dejar cicatrices. Sin embargo, su hábitat en los canales de Xochimilco se ve amenazado, poniendo en peligro su supervivencia.
Nacional. A 24 de Abril, 2024. ✍️ Sunashi Rivera
Los ajolotes, criaturas icónicas de la biodiversidad mexicana, han fascinado a científicos y admiradores durante años debido a su habilidad extraordinaria de regenerar partes de su cuerpo, incluso tejidos cardíacos, sin dejar cicatrices perceptibles.
El fenómeno de la regeneración en los ajolotes ha sido objeto de estudio durante décadas, y Jesús Chimal Monroy, investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha dedicado 18 años a desentrañar los mecanismos detrás de esta habilidad asombrosa.
Según Chimal Monroy, el ácido retinoico, un derivado de la vitamina A, desempeña un papel crucial en el proceso de regeneración de los ajolotes, induciendo la duplicación próximo-distal de las extremidades. Esta molécula, que los animales obtienen a través de su dieta rica en betacarotenos, regula el desarrollo embrionario y es fundamental para la regeneración exitosa de tejidos.
A pesar de su notable capacidad de regeneración, los ajolotes enfrentan una grave amenaza: la pérdida de su hábitat natural. Antiguamente presentes en gran parte del área lacustre del Valle de México, hoy en día se limitan a los canales de Xochimilco, ocupando solo un espacio reducido de 10 kilómetros cuadrados.
Esther Quintero, Subcoordinadora de Especies Prioritarias de la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (CONABIO) de México, explica que la reducción del hábitat de los ajolotes se debe a múltiples alteraciones en su ecosistema, lo que ha llevado a una disminución continua de su población.
Aunque resulta difícil estimar el número exacto de ejemplares restantes, evidencia sugiere que la población de ajolotes disminuye cada año, lo que plantea una seria preocupación sobre su futuro y su estado de conservación.
Fuente: National Geographic.