Sangre contaminada con VIH afectó a 30 mil pacientes en Reino Unido
Salud. A 22 de Mayo, 2024. ✍️ Sunashi Rivera
Un reciente comunicado en Reino Unido, ha revelado un escándalo sanitario. Más de 30 mil pacientes fueron expuestos a sangre contaminada con VIH y hepatitis durante transfusiones y otros tratamientos médicos en las décadas de 1970 y 1980. Este suceso, oculto durante años, ha sido finalmente confirmado por las autoridades del National Health Service (NHS).
Entre los casos más desgarradores, se encuentran 122 alumnos hemofílicos que recibieron sangre contaminada con VIH entre 1970 y 1987. De estos, solo 30 sobreviven actualmente. Además, las transfusiones con sangre infectada continuaron hasta 1991, resultando en la muerte de aproximadamente 2 mil 900 personas, tanto adultos como niños.
Se revela una negligencia impactante por parte de las autoridades de salud del NHS, que ha tenido consecuencias mortales para miles de personas. Durante las décadas de los 70 y 80, la falta de pruebas adecuadas y protocolos de seguridad llevó a que pacientes recibieran sangre infectada sin saberlo. Trágicamente, muchas víctimas perdieron la vida debido a estos procedimientos.
El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) ataca el sistema inmunológico, debilitándolo y dejando al cuerpo vulnerable a diversas enfermedades. Se transmite a través de fluidos corporales como sangre, semen, secreciones vaginales y leche materna. Las transfusiones sanguíneas representan un riesgo significativo de contagio de VIH cuando la sangre donada está contaminada con el virus.
Durante décadas, la falta de métodos efectivos para detectar el VIH en la sangre donada permitió que miles de personas fueran infectadas a través de transfusiones. Este problema fue especialmente agudo en el pasado, antes de que se desarrollaran pruebas y controles rigurosos.
Hoy en día, gracias a los avances en la detección y los controles estrictos, el riesgo de contraer VIH por transfusiones es extremadamente bajo. Sin embargo, este escándalo subraya la importancia de mantener altos estándares de seguridad en los procedimientos de donación y transfusión sanguínea para prevenir cualquier posible contagio.
Es crucial que se investiguen a fondo estas prácticas del pasado y se tomen medidas contundentes para evitar futuros casos de este tipo. Las víctimas y sus familias merecen justicia y la garantía de que nunca más se permitirá que ocurra una tragedia semejante.
Fuente: Excélsior.