La brecha digital limita las ventajas de la inteligencia artificial generativa en la esfera laboral de América Latina: OIT
Internacional. A 1 de agosto de 2024. Redacción
La inteligencia artificial generativa podría transformar significativamente los empleos e impulsar la productividad en América Latina y el Caribe, pero las brechas existentes en la infraestructura digital podrían obstaculizar sus ventajas potenciales, plantea nuevo estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Mundial.
El informe señala que entre el 26% y el 38% de los empleos de la región podrían ser influidos por la inteligencia artificial generativa. Sin embargo, es más probable que la tecnología aumente y transforme los puestos de trabajo en lugar de automatizarlos por completo.
La OIT estima que entre el 8% y el 14% de los empleos podrían mejorar su productividad gracias a la nueva tecnología, mientras que sólo entre el 2% y el 5% corren el riesgo de automatización total. También señala que las mujeres, así como los trabajadores urbanos, más jóvenes y educados en los sectores formales, se enfrentan a mayores riesgos de automatización por la inteligencia artificial generativa, lo que podría empeorar las desigualdades económicas regionales y la informalidad.
El estudio explica que los posibles beneficios transformadores de la inteligencia artificial generativa sobre los empleos se distribuyen de forma más equitativa entre los trabajadores en términos de género y edad, pero siguen siendo más propensos a afectar a los empleos formales que se encuentran en zonas urbanas y que están en manos de trabajadores con mayor educación y mayores ingresos. Los trabajadores asalariados y autónomos tendrían más probabilidades de beneficiarse.
Pero la magnitud de la brecha digital en la región podría impedir a los trabajadores aprovechar plenamente los beneficios potenciales de la inteligencia artificial generativa, recalcan la OIT y el Banco Mundial, y agregan que esto podría afectar a cerca de la mitad de los empleos, ya que experimentarían una mayor productividad con esta tecnología, lo que corresponde a siete millones de empleos de mujeres y diez millones de trabajos de hombres en la región.
La pérdida potencial de productividad debido a esta brecha en el acceso digital tendría un mayor impacto en los trabajadores que viven en la pobreza.