La miel y su poder curativo en la medicina moderna
a 10 agosto 2024. Lizeth Cuahutle
lo largo de la historia, civilizaciones como los egipcios, chinos, griegos y romanos reconocieron las propiedades curativas de la miel, utilizándola sola o combinada con plantas para tratar heridas y problemas digestivos. Sin embargo, durante mucho tiempo, estas propiedades fueron consideradas más como parte de la literatura popular que como hechos científicos, lo que generó escepticismo en la comunidad médica.
En los últimos años, la labor del médico neozelandés Peter C. Molan ha sido crucial para reivindicar el poder curativo de la miel, especialmente en el tratamiento de heridas. Molan ha argumentado que, aunque la miel tiene un bajo contenido de agua, produce un efecto osmótico que mantiene la humedad en la herida, condición esencial para una rápida cicatrización. Esta propiedad, junto con la capacidad antibacteriana de la miel, ha sido fundamental para su revalorización en la medicina moderna.
La investigación del médico británico George D. Winter en 1962, que demostró que las heridas se curan más rápido si se mantienen húmedas, marcó el inicio del tratamiento moderno de lesiones cutáneas, y la miel ha encontrado su lugar en estos protocolos gracias a sus propiedades únicas. La producción de peróxido de hidrógeno, un potente antiséptico natural, es uno de los factores clave en la actividad antibacteriana de la miel. Además, la miel de manuka, en particular, ha captado la atención por su capacidad para combatir bacterias resistentes a los antibióticos, como el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA).
A pesar de sus beneficios, el uso de miel en heridas requiere precauciones. Es esencial utilizar miel de grado médico, esterilizada para eliminar posibles contaminantes. Además, las personas alérgicas al polen o a las picaduras de abeja deben evitar este tratamiento debido al riesgo de reacciones alérgicas. Siempre se debe consultar a un profesional de la salud antes de aplicar miel en una herida.
La creciente evidencia científica respalda la inclusión de la miel en los protocolos médicos de tratamiento de heridas. Su uso no solo tiene el potencial de mejorar la cicatrización, sino que también ofrece una alternativa económica y accesible frente a algunos tratamientos convencionales. Con la investigación continua y el desarrollo de productos basados en miel, es probable que esta sustancia natural siga ganando terreno en la medicina moderna, proporcionando una opción efectiva y natural para el cuidado de heridas.