Líderes Religiosos Exigen el Fin de la Violencia en Chiapas y Guatemala
A 22 de agosto 2024. Lizeth Cuahutle
Durante una reunión en Panamá, los obispos de San Marcos y Huehuetenango, Guatemala, junto con los de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, y la Pastoral de la Movilidad Humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano, emitieron una carta pública dirigida a los tres niveles de gobierno, al pueblo religioso, y por primera vez, directamente «a los creadores y ejecutores de la violencia
«.
En su pronunciamiento, los líderes religiosos condenaron la violencia que ha convertido a comunidades como Chicomuselo, Comalapa, Amatenango, Jaltenango, Bejucal de Ocampo, Siltepec y Motozintla en campos de batalla disputados por grupos criminales. Estos grupos, señalan, obligan a los hombres de la región a involucrarse en conflictos armados y a sus familias a vivir bajo un constante terror.
Los obispos Bernabé Sagastume, Álvaro Cardenal Ramazzini, Rodrigo Aguiar Martínez y Guadalupe Torres Campos denunciaron que la población de esta región está siendo utilizada como escudos humanos, víctimas de un sistema de muerte que las autoridades no han querido atender. Esta violencia, afirman, responde a intereses económicos, extractivistas y políticos, y la reciente presión para llevar a cabo elecciones extraordinarias el 25 de agosto en Chicomuselo, Pantelhó y Capitán Luis Ángel Vidal solo ha exacerbado la situación.
Los líderes religiosos demandaron a los responsables de la violencia que detengan sus acciones, recordando que «la vida es sagrada, la sangre derramada clama al cielo y el corazón no olvida la sangre que nos salpica». La violencia en Chiapas ha generado desplazamientos forzados, desapariciones y asesinatos, dejando una profunda herida en las comunidades afectadas.
