El Tribunal Superior Electoral de Brasil votó el viernes en contra de que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva se postule a los comicios presidenciales de octubre a pesar de que encabeza las encuestas, fallo que agrega incertidumbre a una contienda en la que ya no hay un claro favorito.
En una sesión que se extendió hasta la madrugada del sábado, los jueces sufragaron 6-1 en contra del alguna vez enormemente popular presidente, que está encarcelado por una condena de corrupción que considera una farsa.
El Partido de los Trabajadores de Lula emitió un comunicado en el que afirma que apelará la decisión, pero parece haber pocas probabilidades de que tenga éxito. Aparentemente eso dejaría el destino del partido en manos de su actual candidato a vicepresidente Fernando Haddad, un exalcalde de Sao Paulo que hasta ahora ha registrado un solo dígito en las encuestas y tendría que apoyarse en el carisma de Lula para poder ganar.
El juez del Supremo Tribunal Federal Luis Roberto Barroso emitió el primer voto contra Lula, diciendo que el fallo fue “muy simple” porque la ley prohíbe la participación de candidatos cuya declaración de culpabilidad ha sido refrendada por una corte de apelaciones.
“Aquí no hay margen para que el tribunal electoral haga ninguna otra evaluación salvo la que muestra que hay una declaración de culpabilidad, y esa condena afecta los requisitos del candidato para poder participar”, señaló Barroso.
El juez Edson Fachin no estuvo de acuerdo, y mencionó una exhortación reciente de una comisión de derechos humanos de las Naciones Unidas para que se permitiera que Lula se postulara mientras sigue apelando su declaración de culpabilidad.
Incluso mientras los jueces debatían, el Partido de los Trabajadores difundió anuncios en las redes sociales protagonizados por Lula, apegándose a una estrategia de mantener al expresidente a la vista del público lo más posible.
Lula, exlíder sindical de 72 años, fue el mandatario de Brasil durante un periodo de auge de 2003 a 2010, promoviendo políticas sociales que sacaron a millones de personas de la pobreza. El expresidente estadounidense Barack Obama lo llamó alguna vez “el político más popular de la Tierra”.
Pero Lula y su partido han perdido mucho de ese atractivo en los últimos años debido a un desplome económico durante el gobierno de Dilma Rousseff, la sucesora que él eligió, y una amplia pesquisa anticorrupción en la que se han visto involucrados muchos altos empresarios y políticos, incluido el mismo Lula.
El expresidente cumple una sentencia de 12 años por corrupción y lavado de dinero tras ser declarado culpable de favorecer a la compañía constructora Grupo OAS a cambio de que le prometiera darle un apartamento en la playa.
Barroso dijo que el Partido de los Trabajadores debería reemplazar a Lula en un plazo de 10 días, y que él no debería aparecer como candidato presidencial en el tiempo gratuito que se les concede a los partidos políticos en la televisión y radiodifusoras nacionales a partir del sábado.
En un comunicado el viernes por la noche, el Partido de los Trabajadores dijo que apelará el fallo del Tribunal Electoral, de la misma forma en que Lula lucha para revocar su condena por corrupción.
Con Lula fuera de la contienda, se espera que Haddad ocupe su lugar en la postulación del Partido de los Trabajadores. Las encuestas muestran un apoyo tibio a la postulación de Haddad, pero el partido espera que la popularidad de Lula pueda impulsar las aspiraciones del exalcalde.
Haddad visitará el sábado Garanhuns, una ciudad en el empobrecido noreste de Brasil donde Lula nació.