Misa de cuerpo presente para despedir al Padre Machorro, asesinado brutalmente en catedral metropolitana

4 de agosto de 2017

Con una misa de cuerpo presente, se despidieron los restos mortales del Presbítero José Miguel Machorro Alcalá, en la Catedral Metropolitana, lugar donde fue apuñalado el pasado 15 de mayo.

Ante la familia de Machorro y los fieles de su parroquia de San Agustín Zoquipa, en la Merced Balbuena, entre otros que casi llenaron la Catedral, el obispo Antonio Ortega Franco, quien ofició la misa destacó la labor de los “sacerdotes buenos”, los que viven para los demás, no para ellos”.

La iglesia triste, pero indignada por el artero crimen del sacerdote originario de Jalpan, Puebla, lo despidió con aplausos y gran reconocimiento a su labor evangélica.

A las 19:23 horas llegó el féretro de madera del cura Machorro y la música sacra retumbó en la Catedral, un grupo de 6 personas lo cargaron y detrás venía la procesión de obispos y sacerdotes acompañado al obispo Auxiliar y del lado derecho, su mamá con muy triste, pero resignada.

El ataúd fue colocado en el suelo, y cada sacerdote a su paso hacia una reverencia y luego se bendijo con el incienso, para purificarlo. Después se colocó una casulla encima y una biblia.

En la ceremonia eucarística se pidió por el eterno descanso del sacerdote poblano y por la seguridad de los ministros de culto.

El obispo Ortega Franco oró porque la familia encuentre la paz luego de esta terrible noticia que puso fin a la vida del padre Machorro, de 56 años de edad.

“Nos unimos a las intenciones, a los deseos a lo que en este momento siente la familia y les decimos estamos con ustedes, que Dios los ayude en este momento tan difícil”, dijo en la homilía al recordar el trabajo evangelizador del sacerdote.

El obispo de la Cuarta Vicaría de la Arquidiócesis de México subrayó que se debe incentivar una cultura de defensa y respeto a la vida que tanta falta hace en la ciudad de México.

“Por nuestro hermano el padre José Miguel Machorro Alcalá elegido para hacer las veces de Cristo en medio de la comunidad cristiana, para que sea contada entre los servidores fieles y recibe el premio de sus trabajos”, se oró en la Catedral.

También se pidió porque la iglesia no sea “privada de los ministros necesarios en el evangelio”.

Al final de la misa, el padre fue despedido en medio de aplausos, ovaciones y diversas muestras de afecto. Su cuerpo fue traslado a una agencia funeraria de General Prim y Varsalles para embalsamarlo. Luego se lo llevarán a Jalpan, Puebla, cerca de Tehuacán, donde lo enterrarán junto a su padre y otros familiares.

Con este hecho, la Catedral se llenó de sangre, ya que nunca habían tenido un homicidio perpetrado por una personal que sin razón alguna, pero si con un gran conocimiento de lo que hacía, “ninguneando a la autoridad”.

Armando Martínez, abogado de la Arquidiócesis de México explicó que ahí fue donde atacaron al padre Machorro y lo menos que se podía hacer es celebrar una misa de cuerpo presente, donde fue brutalmente asesinado.

Es importante recordar que tras el ataque, estuvo internado un mes y medio. Fue dado de alta a pesar de que no recobró por completo su salud ya que padecía una fuerte infección.

En Tehuacán, Puebla, recibía una terapia de rehabilitación ya que la mitad de su cuerpo estaba paralizado. Ya que no cedía la infección, fue trasladado de emergencia a la Ciudad de México.

Pese a los esfuerzos médicos, el miércoles pasado se le decretó muerte cerebral y el corazón del padre Machorro, procedente de la diócesis de Papantla, y quien sirvió los últimos 20 años en la Arquidiócesis de México, dejó de latir ayer jueves a las 12:36.

 

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